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El adiós de un señor senador

El senador Roberto  Gerlein hará falta en el Senado de la República para hacernos la vida amable.  

Por espacio de 50 años la mayoría de los colombianos estuvimos pendientes del discurrir parlamentario del exsenador barranquillero Roberto Víctor Gerlein Echeverría, quien, en razón de su edad -el próximo 18 de noviembre cumple 80 años- decidió retirarse del Congreso de la República, que fue su hábitat natural y donde se sentía a gusto defendiendo su doctrina conservadora, cuando las ideas valían y se defendían con ahínco. 

Digo que la mayoría de los colombianos siempre estábamos pendientes de las intervenciones del senador Gerlein porque, así se tratara de temas formales, hacía gala de su voz estentórea y excelente dicción caribeña para decir las cosas con fuerza y gracia, sin importar que algunas veces dijera cosas salidas de tono, por ejemplo, cuando en sesión célebre se dirigió a la senadora Viviane Morales de manera descortés. Luego se disculpó y esperó otro debate para soltar otra de sus frases elaboradas en la controversia sobre el matrimonio igualitario, frases inadmisibles para traer a colación. Pero los colombianos sonreíamos y lo disculpábamos.

Alguna vez dije en esta columna que en la Región Caribe se vive la política más intensamente que en el interior del país, así sea la política local, y en aquellos años 80, del siglo XX, en mi época de estudiante universitario en Barranquilla, la familia Gerlein -Roberto, Jorge y Julio- era “propietaria” de una porción considerable de ese feudo electoral, compartido entonces con José Name Terán, “Juancho” Slebi, Pedro Martín Leyes, Jaime Vargas Suárez, Abel Francisco Carbonell, Hernán Berdugo Berdugo y otros, hoy todos fallecidos. Muchos fueron sucedidos por familiares o amigos. Y Roberto Gerlein, ahí, campante. 

Lo que muchos colombianos no saben es que Roberto Gerlein además de ser un congresista excepcional y jocoso, es un abogado javeriano estudioso, conocedor de la mecánica política porque en eso anduvo medio siglo o más, pero también interesado en la teoría política como disciplina de reflexión y propuestas. Prueba de ello es su libro “La estructura del poder en Colombia”, publicado hace exactamente cuarenta años -abril de 1978- y hoy totalmente desconocido para los mismos barranquilleros y hasta familiares

No hay espacio para análisis alguno, pero sí para enunciar la temática que origina su lectura: ¿Quién detenta el poder económico y político en Colombia? ¿Cómo actúan los titulares del poder en Colombia en la búsqueda de sus objetivos? ¿Cómo se manifiesta su poder? ¿De cuáles instrumentos se valen los poderosos en Colombia para alcanzar sus metas? ¿Cuál es la posición del Partido Conservador frente a estos fenómenos sociales y políticos? Pensaba Gerlein, entonces, que su amado Partido Conservador necesitaba respuestas a estos interrogantes para organizarse y responder con eficacia a las exigencias políticas de la hora.  

Dicen que nadie es indispensable, pero el senador Gerlein Echeverría hará falta en el Senado de la República para hacernos la vida amable.  

Lunes, 2 de Abril de 2018
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