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El corona-escuela

Nunca antes, gracias a la magia de las comunicaciones modernas, se había conocido con tanta precisión el origen del flagelo, su avance y su morbilidad.

La epidemia que azota hoy al mundo tiene unas características singulares en relación con las otras plagas que ha padecido la humanidad en el curso de los siglos, y su ocurrencia deja un sinnúmero de lecciones que es necesario aprender.

Nunca antes, gracias a la magia de las comunicaciones modernas, se había conocido con tanta precisión el origen del flagelo, su avance y su morbilidad. Tampoco se habían tomado medidas preventivas y de contención tan rápidas como se está haciendo actualmente. 

No obstante, el virus sigue avanzando en casi todos los países causando un número considerable de muertes, y creando un pánico generalizado que puede perjudicar la adopción de remedios eficaces. Es, éste, uno de los asuntos a los que debemos poner especial atención.

Para no remontarnos a la peste bubónica de la Edad Media que exterminó a un tercio de la población europea, podemos referirnos, sí, a un fenómeno más reciente que fue la “gripe española” desatada en Estados Unidos al inicio de la Primera Guerra Mundial. 

La endemia fue creciendo desde 1916 sin la adopción de medidas sanitarias generalizadas, pese a que en ese año se registraron 18.886 muertes por su causa acusando un 2.6% de mortalidad, mucho mayor al 0,056% que significaba la mortalidad media de la gripe estacionaria. En diciembre de 1917 ya el incremento de mortalidad se fijó entre el 100 y 200 por ciento, y en 1918 se convirtió en la pandemia más devastadora de la historia que causó entre 20 y 40 millones de muertes en un solo año.

Como se ha difundido profusamente, el coronavirus identificado como el Covid-19 apareció en diciembre de 2019 en la provincia china de Wuhan. Su mayor peligro es la producción de neumonía que puede causar la muerte, principalmente, a personas de la tercera edad y a pacientes con enfermedades prexistentes. 

Hasta el momento se han reportado cerca de 8.000 muertos en todo el mundo por su causa, y las afectadas pueden ser unas 140.000 personas. Europa se ha convertido en la zona de su mayor incidencia, después de que China ha informado una disminución constante del virus.

De todo lo anterior se puede deducir que las medidas remediales que se vienen adoptando han sido eficaces, y que los ciudadanos están plenamente informados. Pero no podemos desconocer lo vulnerable que es la humanidad y lo frágil que es la vida del hombre. Además, este fenómeno es una especie de llamado de atención sobre la forma como destruimos el medio ambiente sin considerar que ello redunda en el envilecimiento del aire que respiramos, en la contaminación de las fuentes de agua y en el envenenamiento de los mares.

El coronavirus pone a prueba la solidaridad de los hombres para enfrentarlo, porque esta es otra de las virtudes que se ha perdido en gran medida en Colombia. Ojalá cambiemos la actitud egoísta que nos impide respetar a las autoridades, ser tolerantes en la conducción de los vehículos, acatar las normas de convivencia y cumplir cabalmente las leyes. En fin, ser mejores ciudadanos.

ramirezperez2000@yahoo.com.mx

Domingo, 22 de Marzo de 2020
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