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El General de División
Pase lo que pase tendremos Uribe para rato.
Viernes, 7 de Agosto de 2020

Pocas veces en la historia nacional, que registra varias guerras civiles y otros conflictos bélicos, inclusive la horrible época conocida como “la violencia” que arrojó un saldo de miles de muertos, un mandatario había logrado dividir en dos la opinión de los colombianos, que aman u odian por igual a un mandatario que ha sido protagonista de la historia política durante treinta años.  

No lo habían logrado presidentes liberales o conservadores como Gustavo Rojas Pinilla, Laureano Gómez, Mariano Ospina Pérez, Alfonso López, César Gaviria y los dirigentes que han ocupado el solio de Bolívar desde el lejano día en que nos libramos del yugo español. 

Pero no esperábamos un virus, un general de división, que iba a partir el país en dos.  Y nos iba a dividir en buenos y malos. Faltaba por llegar al poder el jefe de la extrema derecha, que fundó un partido que desplazó al viejo conservatismo y acabó con el liberalismo. 

El milagro lo logró un senador samperista que logró fundar su propio partido y elegir nutrida representación parlamentaria. Algo parecido había ocurrido cuando el rojísimo consiguió muchas curules en las corporaciones públicas. Pero fue flor de un día: desapareció y hoy no existe. 

Ahora el uribismo acaba de sufrir serio revés: la Corte Suprema decreto la detención de su jefe y nadie sabe con seguridad en que terminará el episodio, que no es la primera vez que ocurre en la historia nacional, peo si es sorprendente por el poder del expresidente Alvaro Uribe Vélez que ha sido elegido dos veces y ha llevado al poder a dos amigos, uno de los cuales se le volteó. 

Algo parecido solo lo había logrado en el siglo 19 el Presidente Rafael Núñez otro ilustre volteado y autor del Himno Nacional.

Pase lo que pase tendremos Uribe para rato. El jefe de la derecha no se  va a retirar y seguirá mandando hasta que Dios agache el dedo, como se dice popularmente. 

Los dictadores se amañan mucho en el poder y no lo sueltan. Y Uribe es un dictador, así no lo crean muchos colombianos la mitad de la opinión pública que lo adora, así haya otra mitad que lo odia. 

Algo parecido no se había visto en Colombia, que tenía partidos y hoy no tiene sino grupitos que buscan puestos para sus militantes. Mal estamos. 

Ahora los jefes tienen la obligación de buscar la resurrección de las viejas colectividades, pues de lo contrario podemos caer en el abismo en que se encuentra Venezuela, que acabó con los partidos y terminó en manos de Chávez, Maduro, los militares y Diosdado. Ese es nuestro futuro si no defendemos  la democracia que tanto trabajo nos costó conseguir. GPT 

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