La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
El huracán que pasa por Cúcuta
Siempre que ocurre la falta de gasolina se gesta una situación singular que pone en alerta a toda la ciudad.
Sábado, 1 de Junio de 2019

La pregunta sobre cuál ha sido la noticia recurrente en la presente semana, puede ser respondida con relativa facilidad: se trata de la situación de la gasolina, su falta y las probables soluciones. 

Esto sencillamente es la repercusión de los graves problemas que aquejan a Venezuela incluida la caída en la producción de gasolina por el cierre de algunas refinerías, lo cual incide en la falta de combustible que se presenta en los estados ubicados lejos de la Caracas, con la intención de mantener la provisión de gasolina en la capital, como consecuencia el Zulia y Táchira tienen largas colas para adquirirla y se acabaron los cupos para el contrabando que lejos de haberse acabado, estaba todavía vigente y los pimpineros habían vuelto a las calles. 

Tal vez lo único que ha logrado vencer a cabalidad el contrabando de gasolina ha sido esta circunstancia derivada de la mala administración por parte del gobierno de Maduro en lo referente al petróleo, su explotación y refinamiento que, tienen ahora sin combustible a todo el país e importándolo a precio internacionales. 

Las autoridades de aquí no han podido contener ese flujo anómalo de gasolina a través de las trochas y las de Venezuela hacen parte del negocio y se lucran de ello, razones por las cuales esa actividad no se había acabado, pero ahora que falta la materia prima está por extinguirse. 

Los consumidores en los puestos de los pimpineros tienen una buena cuota de culpabilidad para que el contrabando persistiera y ahora que no tiene esa posibilidad para aprovisionarse han tenido que hacer las colas en los expendios autorizados e instalados en la ciudad. 

Según Fendipetrol son estos los que más presionan ahora en las gasolineras y no se desplazan a los sitios periféricos como los ubicados en el anillo vial. 

 Esta situación ya se había evidenciado en una oportunidad anterior por el cierre de la frontera y la falta de la gasolina venezolana comprada a través de canales oficiales. Lo novedoso en esta oportunidad es que se ha producido el fenómeno de comprar gasolina en las bombas y revenderla en pimpinas aprovechando el nerviosismo de los compradores. 

Entre tanto el ministerio de Minas ha asegurado que los cupos asignados a esta zona del país son suficientes para cubrir la demanda y en caso de requerirse despachos adicionales, estos podrán hacerse.  Sin embargo y ante inminencia de un desabastecimiento tanto el gobernador William Villamizar como la Andi solicitaron al ministerio en mención que amplíe los cupos.

El otro asunto es el precio. Alarma el hecho que el valor cobrado en el resto del país se quede aquí de manera permanente. 

Esta zona ha tenido un trato especial en este sentido y un subsidio ha sido aplicado y debe persistir dadas las condiciones económicas que se viven en esta región del país, lo cual justifica plenamente ese precio diferencial. 

Siempre que ocurre la falta de gasolina se gesta una situación singular que pone en alerta a toda la ciudad. Es el momento de buscar soluciones para la situación actual pero que deben quedar como una lección aprendida y que se pongan en marcha cuando se avecina una falta de gasolina. Tal como en la zona de huracanes –en otras latitudes- se arreglan los daños cuando pasa uno, pero de inmediato se alistan para el próximo.

Temas del Día