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El Norte dos años después
Durante el gobierno del presidente Santos logramos una inversión sin precedentes para la región. 
Sábado, 5 de Septiembre de 2020

En Cúcuta y el Norte de Santander vivimos en una crisis permanente desde hace décadas, por cuenta esencialmente del deterioro de Venezuela. Para nadie es un secreto que nuestra región, por su ubicación geográfica, tiene un alto grado de dependencia del vecino país desde el punto de vista económico y social. Por esa razón, se requiere en forma permanente la presencia del gobierno nacional a través de la inversión pública. 

Durante el gobierno del Presidente Santos, con el apoyo del sector privado, la bancada parlamentaria y los gobernantes de turno en un trabajo coordinado, logramos una inversión sin precedentes para la región.

Es imposible en ese espacio citar todas las obras, pero mencionemos los más importantes: acueducto metropolitano de Cúcuta para la ciudad, Los Patios y Villa del Rosario, en plena ejecución por un valor de más de 380.000 millones de pesos; doble calzada Cúcuta-Pamplona-Bucaramanga, en ejecución, por más de 2 billones de pesos; mejoramiento sustancial de la vía a Ocaña por más de 200.000 millones de pesos; construcción del nuevo aeropuerto Camilo Daza de nuestra capital; la nueva sede de la Fiscalía General de la Nación por más de 60.000 millones de pesos; tres mega estaciones de policía en la ciudad e instalación de más de 400 cámaras de seguridad por más de 30.000 millones; más de 13.000 viviendas gratuitas en todo el departamento; aumento al doble del número de beneficiarios de familias en acción; planes de empleo temporal de choque; el centro de atención de víctimas de Juan Atalaya; los cuatro puentes de entrada a la ciudad de Cúcuta en el anillo occidental Los Patios, el Benito Hernández Bustos, el intercambiador de Atalaya Jorge Cristo Sahium y el de Rumichaca; decenas de escenarios deportivos y más de 20 Centros de Integración Ciudadana en los distintos municipios. 

Además, la representación en el alto gobierno durante la era Santos no tiene precedentes. Se designaron nortesantandereanos como Ministro de Interior, Ministro de Transporte, Director Nacional del Sena, Director de la Unidad Nacional de Protección, Director de la Unidad Nacional de Riesgo, Director del Instituto Agustín Codazzi, y con apoyo del Presidente, se eligió por primera vez un nortesantandereano en la Corte Constitucional. 

Llegó el 7 de agosto del 2018 y el Presidente Duque ganó la Presidencia de la República con una votación sin antecedentes en Norte de Santander. ¿Qué ha pasado en estos dos años en materia de inversión presupuestal y de representación en el gobierno, que son los dos indicadores con los que se puede demostrar afecto y voluntad política con una región?  El balance es bastante pobre. Hasta hoy no hay un solo nuevo proyecto de envergadura para el departamento. Ni una sola inversión de importancia que se conozca. Confiamos en que al menos se mantendrán los cronogramas de ejecución de las dos obras más importantes cuya financiación quedó asegurada en el gobierno Santos: el acueducto metropolitano y la doble calzada a Bucaramanga, que deberían ser terminadas antes del 2022. Pero no hay ningún proyecto nuevo de importancia.

Y en materia de representación el panorama es aún más sombrío. Pasamos de tener ministerios y la dirección de 4 entidades del orden nacional, a no tener ningún cargo de dirección en el gobierno nacional. Oigan bien: NINGUNO. Un solo nortesantandereano ocupó por poco más de un año la dirección de la Agencia Nacional de Hidrocarburos. 

Mientras el gobierno nacional brilla por su ausencia en el departamento y la crisis económica y social se profundiza por cuenta de la pandemia y el cierre de la frontera con Venezuela, no hay liderazgo firme, audaz y propositivo en el orden departamental, el silencio temeroso ante el gobierno central es evidente y no se exige con respeto y firmeza un cambio de actitud de la administración Duque.

Están pasmados, sin iniciativa y sin grandes propósitos. Ojalá se recapacite y se entienda qué hay que levantar la voz para plantear la dura situación que atraviesan miles de nortesantandereanos y la inconformidad que sienten por el abandono desde Bogotá. De lo contrario, nos esperan tiempos más duros y difíciles. 

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