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El peligro del odio

El país se ha dividido en dos sectores irreconciliables lo que representa grave peligro.

No es un problema de Colombia, ni es un caso aislado. Es una ola que se extiende por todo el mundo, civilizado o no, y que está produciendo muchos crímenes y la muerte de inocentes, como acaba de ocurrir en los Estados Unidos, donde, por disposición constitucional, cualquiera puede comprar un fusil, una pistola y miles de balas con las cuales puede matar a sus supuestos o reales enemigos. 

Hace pocos días, como consecuencia del odio que ha desatado el presidente Donald Trump, quien rechaza a los inmigrantes, a pesar de que es descendiente de extranjeros, hubo dos matanzas, una en Texas y otra en Ohio, que dejaron como saldo 31 víctimas mortales y más de 50 heridos, todos ellos abatidos por dos tiradores que portaban fusiles de asalto, como los que algunos personajes de partido de cuyo nombre no quiero acordarme, desean permitir en Colombia a lo que llaman “gentes de bien” para defenderse de los malos, que son sus contradictores políticos. Conociendo la mentalidad de quienes se oponen a los acuerdos con la vieja guerrilla, no es aventurado predecir que esa sería la fórmula para volver a las épocas en que era peligroso portar una corbata roja. 

Desafortunadamente, se ha puesto de moda el odio. El país se ha dividido en dos sectores irreconciliables lo que representa grave peligro, pues esta es una nación donde los enfrentamientos siguen existiendo y no hay posibilidad de llegar a un entendimiento. Esto es tan cierto que personaje, que acaba de lanzarse para puesto público, confesó que había inventado un mecanismo para conseguir que la gente botara furiosa contra el referendo para aprobar los acuerdos de paz. Hasta allá llegó el odio: botar por la guerra.  

El odio es la causa de las matanzas en Estados Unidos. Allí ha habido 251 tiroteos producidos por gente armada gracias a norma constitucional. El presidente Trump, culpable del rechazo a los inmigrantes, sostuvo que “el odio no tiene lugar en Estados Unidos”, en tanto que el expresidente Barack Obama dijo que debe rechazarse el lenguaje de odio y de miedo o  que normalice los sentimientos racistas.

En Colombia, entre tanto, vivimos una campaña que se manifiesta en el asesinato de líderes sociales y en “jugaditas” como la que protagonizó expresidente del Senado para sabotear a la oposición. También han ocurrido otras manifestaciones que no son buenas, pues nos pueden llevar a enfrentamientos con consecuencias graves, como ocurrió en otras épocas. Hacen mal quienes pregonan la guerra entre hermanos de la misma patria, que acaba de celebrar los 200 años de independencia. Hay personas que deben dar ejemplo de cordura y sembrar la convivencia. Pero hacen todo lo contrario: pregonan la guerra, pues les produce réditos políticos, incluyendo la elección de nutrido grupo parlamentario en el cual figuran personas que ignoran las lecciones de la historia. 

P.D. El presidente Duque quiere nacionalizar a los hijos de venezolanos nacidos aquí. Yo sugeriría adoptar las mismas leyes que hubo en Venezuela cuando miles de colombianos buscaron refugio allí, para huir de la persecución política que había aquí. GPT

Sábado, 7 de Septiembre de 2019
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