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Columnistas
El sitio y la hora
Sábado, 28 de Septiembre de 2019

Una noche de sábado, como la de ayer, es un momento oportuno para pasar un rato agradable, en un sitio donde la temperatura templada sea apropiada para disfrutar de la música y la compañía de familiares y amigos que se reúnen bajo el pretexto de hacer una velada cultural. 

Eso justamente y de manera espontánea es lo que está ocurriendo al comenzar la noche de cada sábado, justo cuando termina la semana, en un lugar encantador, el Pueblito Corozal, el cual queda al lado de la calzada que conduce a Cúcuta, en la recta, luego del peaje de Los Acacios y frente a la iglesia del Señor de Los Milagros. 

En una improvisada tarima donde desfilan artistas profesionales que van desde los baladistas hasta los cantantes de música lírica, o los conjuntos musicales que interpretan compases tropicales. 

Allí el público se reúne alrededor del artista invitado, en un escenario a cielo abierto disfrutando de la suave brisa que sopla y hace encantador el momento para el deleite de un rato que evoca los eventos culturales que son expresiones populares, los que a su vez mueven a los asistentes a realizar una actuación voluntaria pasado el momento de los invitados especiales, cuando pueden tomarse la tarima, el micrófono, las pistas sonoras y hacer su presentación para deleite de los asistentes. 

Se trata por tanto de una expresión cultural que surgió hace unos pocos meses, gestado por visionarios vecinos del sector, lo cual ha propiciado que no solo sean los lugareños sino también los habitantes de Los Patios y Cúcuta quienes acudan a la cita sabatina a sabiendas del buen momento por el que han de pasar. 

No se tiene dispuesto un presupuesto para cada velada, simplemente los artistas acuden a esa cita con el convencimiento que aportarán su talento en medio de una reunión solidaria de un grupo de personas que creen en las manifestaciones artísticas como una forma natural de recreación diseñada para llenar los momentos de esparcimiento que, también hacen falta en medio de los fragores del trabajo cotidiano. 

Por su altura, 700 metros sobre el nivel del mar, este sitio destinado para la mencionada reunión de fin de semana, está también como la capital colombiana más cerca de las estrellas, como suele decirlo con insistencia Gregory el presentador y organizador, allí es donde el firmamento se juntan con las estrellas del canto y la música. 

Están todos invitados a participar de este derroche de alegría y buena vibra –como suele decirse ahora- ya saben del programa, el sitio y la hora, solo les falta llegar allá. 

Bien vale la pena apoyar este desfile de talento y hacerlo crecer para que perdure. 

jorgepabonl@yahoo.com

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