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Energía para el futuro

La preocupación por las reservas de crudo y el incremento en la producción es legítima.

La matriz energética de Colombia tiene que cambiar si queremos garantizar la seguridad en materia de energía y reducir las brechas sociales que se presentan, teniendo en cuenta que más de 100.000 familias de hogares rurales (ubicadas en 25 departamentos) no cuentan con suministro eléctrico. 

Sin embargo, las apuestas en materia de energía, por lo menos por parte de la estatal Ecopetrol, están más orientadas a superar el panorama que se vislumbra tras la caída en las reservas de crudo, que a invertir en proyectos que adopten sistemas renovables para la generación de energías.

La preocupación por las reservas de crudo y el incremento en la producción es legítima por parte de la empresa, ya que, en el mejor de los casos, Colombia tendría petróleo para siete años. Por eso, inició la joint venture entre Ecopetrol y Oxy, que le costó $1.500 millones de inversión a la colombiana, con el fin de iniciar una explotación no convencional (fracking) en la cuenca Permian y asegurar un aumento en las reservas de hasta 160 millones de barriles de petróleo, y una producción de 95.000 barriles por día en la próxima década.

A pesar de los estudios académicos y las directrices de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) sobre la necesidad de consumir más energías limpias en 2030, Ecopetrol decidió irse a Estados Unidos a aprender cómo hacer fracking y así evitar la crisis económica que supondría el tener que importar el crudo que necesita la economía colombiana (lo que costaría alrededor de 150 billones de pesos).

La energía para el futuro de la que tanto habla Ecopetrol, seguirá siendo tradicional, y si de algo podemos estar seguros, es de que en Colombia habrá fracking: La única pregunta es cuándo. De otro modo, la estatal petrolera que ha ahorrado 10 billones de pesos en los últimos cuatro años no habría hecho una alianza para realizar transferencias de tecnologías, y profundizar en conocimientos técnicos y prácticas de extracción hidráulica desarrolladas en Estados Unidos. 

A pesar del discurso de Felipe Bayona, presidente de Ecopetrol, sobre el interés de la compañía en energías limpias, es evidente que la prioridad seguirá siendo el crudo, sobre todo porque su apuesta a la transición energética es muy reciente, sólo hasta hace un año empezó a ampliarse el portafolio de servicios energéticos a través de gas, biocombustibles y energía solar y eólica. Es más que evidente que la prioridad de la estatal es la sostenibilidad en producción y finanzas de la empresa; más no la seguridad energética de la Nación. 

Ecopetrol, en cabeza de Felipe Bayona, reconoce la necesidad de hacer la transición con energías limpias, para mejorar la calidad del aire (reducción de emisiones) y ofrecer alternativas a más de un millón quinientas mil familias en Colombia que todavía cocinan con leña y carbón, para reducir las brechas socioeconómicas. Sin embargo, lo que se puede inferir de su discurso es que eso es tarea de otros y que mientras tanto, Ecopetrol intentará no interferir con el agua potable de las comunidades, cuando haga fracking en el territorio, porque lo importante no es “hacerlo rápido sino hacerlo bien”, como si esto significara una verdadera y responsable apuesta con la “energía para el futuro”.  

Lunes, 5 de Agosto de 2019
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