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Estar juntos no es lo mismo que estar unidos
La unión representa la fuerza conjunta de varias intenciones para conseguir un objetivo común.
Lunes, 31 de Julio de 2017

Escuchaba en la radio testimonios de ciudadanos venezolanos golpeados por la actual circunstancia; y me llamaba la atención que entrevistados y periodistas llegaban a la conclusión que “en momentos de crisis  es cuando más debían estar juntos”. 

Y pensaba en medio del tráfico y del ruido de la ciudad, con mi vista desenfocada entre las luces rojas traseras de lo carros con los que formábamos parte de un desfile de latas transportadoras de mentes queriendo volar, que juntos  ya estaban. 

Lo que necesitan es estar unidos. En Venezuela; en Colombia; en el mundo; debemos estar unidos. 

En Cúcuta, debemos estar unidos. Unidos creamos conceptos pensando en beneficios colectivos y no individuales y egoístas. 

En nuestra familia, en nuestras casas, en nuestra comunidad, en nuestro gremio... debemos estar unidos. 

La unión representa la fuerza conjunta de varias intenciones para conseguir un objetivo común. 

Esa fuerza invisible de energía creada por la suma de individuos que desean un propósito, es a su vez, la unión de múltiples pensamientos positivos, todos sintonizados en la misma frecuencia mental. 

La unión espiritual, por ejemplo,  se refiere a comunidades creadas por personas con principios de fe y actitud de entrega hacia la voluntad de Dios, formando cadenas de oración o grupos de reunión para la práctica de la oración en conjunto,  buscando como objetivo, sumar esa energía espiritual colectiva, para elevar la frecuencia hacia la conciencia. 

El poder de la mente en un elevado estado de conciencia espiritual colectivo, tiene una fuerza infinita, vista muchas veces en milagros de sanación o reparación de áreas perdidas y en ocasiones, hasta la recuperación de almas que habitan en la oscuridad del mundo terrenal. 

¿Te has preguntado si estas unido a Dios? ¿Tan unido en el sentimiento de fe que no logras descifrar si Dios está en ti o tu en Él? 

No en vano se ha dicho que la familia que reza unida, permanece unida. La unión de los padres para la formación de sus hijos, es fundamental para reunir los diferentes principios y valores que cada uno trae desde su propio hogar. 

De esta manera, esa reunión de conceptos, cuyo deseo único es el bienestar de sus hijos, traerá consigo un magnífico resultado, si en medio de estas conciliaciones está la presencia de Dios iluminando ese hogar. 

La familia por ejemplo, no necesita que sus miembros estén juntos para ser una familia unida. 

La unión de los hermanos, es esa fuerza conjunta que corre en la misma sangre, compartida por la semilla de sus padres; y en ocasiones, con nuevos hermanos que llegan en segundas oportunidades de hogar, por matrimonios divididos que se unen para reorganizar su sueño de familia, 

Ellos también resultan siendo brazos de apoyo y columnas de soporte para facilitar el camino de la existencia compartida en ese nuevo proyecto. 

Esa unión, cuando es innata y genuina; exenta de resistencias, ofrece la garantía de un apoyo incondicional sin fecha de caducidad.  

La unión de los esposos, para ayudarse y apoyarse el uno al otro en momentos de aflicción, debilidad, duda o crisis matrimonial, es la tranquilidad que da sentir la fuerza del uno cuando el otro está débil.

Ésa es la unión necesaria, sobre todo en momentos de adversidades provocados por la rutina de la convivencia, la cotidianidad y muchas veces las influencias de terceros al tratar de imponer sus propias creencias. 

La Unión en los equipos de trabajo también representa una garantía para obtener los resultados positivos esperados por las expectativas creadas en esa misión empresarial. 

La unión es un fuerte lazo que tiene suficiente espacio para todos; o ese círculo creado por varios individuos conformando un núcleo o comunidad para protegerse mutuamente y desarrollar proyectos donde se suman los diferentes dones, habilidades y talentos de cada uno. 

Unámonos todos a la filosofía del amor para reconstruir, reparar, perdonar y participar de un deseo inmenso porque todas las piezas vuelvan a su lugar y reine la armonía en esos corazones donde llegó el caos a cumplir su misión de dividir, ordenada por el ego; El Gran Oponente. 

Solo así, el rompecabezas de la felicidad se completará cuando todas su piezas estén unidas.  

Hakuna Matata !

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