La economía actual se ha visto impactada por la gran oferta de mano de obra de distinto tipo. Por ello, los empleadores pueden escoger a los mejores candidatos que reflejan variedad en cuanto a su educación formal, informal o su experiencia. 

Resulta interesante ver que el indicador MIDE 2.0, del Ministerio de Educación de Colombia, evalúa en los universitarios el razonamiento cuantitativo, la lectura crítica y las competencias específicas.  No obstante, para desempeñarse en un mundo en donde la economía de los pequeños encargos (Gig Economy) marca la pauta y los independientes inundan los mercados, hace falta algo más. Entonces, ¿qué tipos de cualidades y competencias buscan los empleadores? 

Según WAND H.R.H, una empresa colombiana dedicada a la gestión del talento humano, hoy se evalúan aspectos sobre el qué somos, qué sabemos, qué hacemos, cómo estar en un contexto, y cómo sabemos relacionarnos.   

El qué somos, o “el ser”, tiene que ver con la personalidad, el carácter, los principios y los valores. 

Mucho del ser es forjado en la familia y es producto de la cultura (hábitos adquiridos en grupos sociales). De buenos principios y valores también rezan todos los planes corporativos, pero lo importante es practicarlos. Aun cuando no se es observado por nadie, no se podrá engañar a la propia conciencia cuando se actúa mal.

El qué sabemos, o “el saber”, está relacionado con los conocimientos adquiridos en sistemas formales de educación, a través de la autoformación y/o desde la experiencia.  La autoformación cada vez es más importante. Hoy las personas recurren a cursos cortos en línea que brindan conocimiento rápido y útil. Un curso corto certifica un micro-título, por lo que se es más competitivo.

El qué hacemos, o “el hacer”, da razón de la habilidad de colocar el conocimiento en acción. Lo que puedo hacer desde mi intelectualidad y cómo pongo a operar mis múltiples inteligencias; esas que abordan además lo físico y lo artístico. 

El cómo nos comportamos en un contexto, o “el saber estar”, atañe con la capacidad de adaptarme a ámbitos, culturas y hábitos distintos. Podemos tener todo el conocimiento, pero si no soportamos el cambio o tradiciones diferentes, no seremos eficientes en el desempeño. De manera contrastante, pasa mucho que millenials y centennials, que vienen con otra visión de mundo, toleran a generaciones anteriores, pero finalmente no las siguen como modelo. Su visión se centra en transformar el contexto, desde la tolerancia y la novedad. 

El cómo nos relacionamos, o “el saber relacionarse”, se sintoniza con “el saber estar”. Hoy en día, anclarse en una cultura requiere pensar en saber estar, pero en comunidad. Sobrepasar los anclajes de mi estilo personal para cooperar e integrarme al trabajo en equipo es la forma. Adaptarse, y desarrollar la habilidad y la capacidad para cooperar, es el método. 

El que se sabe relacionar genera armonía, y en armonía todos queremos estar. Un buen líder promueve a través de la empatía y el ejemplo, ambientes cordiales de entendimiento. Líderes controladores que despliegan autoridad exagerada están revaluados y quedaron en los 90s.  Sí eres el ogro del equipo al que lideras, sólo estarás generando un auto-sabotaje. Hasta los criminales, que basaban su accionar en la represión y la muerte, hoy buscan generar empatía para obtener aceptación y protección. Ya nadie valida el maltrato. Mucho menos si tiene componente de género.

Las buenas relaciones son, en esencia, la materia prima para la productividad. Gestionar buenas interacciones entre personas es la base para avanzar en objetivos y resultados comunes.  Es más que satisfactorio vibrar y sinergizar con otros. Es fascinante conectar con ellos tu voz y tu pasión interior.  En comunidad todo es mejor, serás tan inteligente como el más inteligente de tu red. Si tienes limitaciones, en red las vencerlas rápidamente. Entre más grande tu red, más grandes las posibilidades de acción y desarrollo.

Internet y sus redes sociales, son un gran medio para relacionarse. Un YouTuber de 15 años que gana un millón de seguidores en poco tiempo, y miles de dólares por publicidad, con mensajes sencillos, es muestra que los chicos de hoy tiene gran capacidad de conectar con la sociedad. Su éxito no es trivial.   

Además de las competencias específicas que da la educación, el desarrollo de competencias del ser, saber, hacer, estar, y saber relacionarnos es justo lo de hoy. No sólo porque nos llevan a mejores oportunidades, sino porque a través de ellas somos más valiosos para nosotros mismos y la sociedad.