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Fútbol en la Academia

Como para la futbolitis aguda no hay vacuna que valga, también se meten de lleno en el cuento del deporte de las patadas y los goles.

El fútbol es una fiebre que se contagia y que enferma. Nadie, ni los sicólogos, ni los sociólogos, ni los médicos, ni los analistas del deporte, ni los locutores deportivos, han sabido explicar, a ciencia cierta, qué es lo que pasa con el fútbol, que mueve multitudes en todo el mundo y del que sólo se escapan los hombres amargados, las mujeres frígidas y los de sexo indefinido, que cargan una carga de conciencia. 

Se sabe de curas que cambian el horario de sus misas para no perderse los partidos de sus preferencias. De los guerrilleros se sabe que decretan cese al fuego en épocas de Mundiales. Ladrones y atracadores hacen un alto en sus robos y atracos, a la hora de los partidos. Y en las casas de mujeres de la vida alegre, ellas ponen un aviso en la puerta que dice: “Cerrado por fútbol. Venga después del partido. O si tiene mucho afán, lo atendemos de rapidez en el intermedio”.

Lo más grave del cuento es que después de que el virus de la futbolitis ataca, nada ni nadie, ni ninguna medicina, ni ningún tratamiento, curan al paciente. La fiebre del fútbol ataca y dura toda la vida. Que lo diga si no, el papa Francisco, que, contagiado del mal desde niño, llegó a la silla de San Pedro y no ha podido librarse de él. Ahí sigue haciéndole fuerza a su San Lorenzo de Almagro y a su selección argentina, y sufriendo con los traspiés de Maradona y brincando de alegría con los goles de Messi.  

En esta época del Mundial todo cambia. El almuerzo en casa está más rápido, porque hay que ver el partido de la una. Los dormilones madrugan para ver el partido de la mañana. Las empresas se vuelven elásticas en sus horarios y hasta les ponen televisor a sus empleados para que no se pierdan los partidos. Las esposas hacen una pausa temporal en sus cantaletas, y la otra deja de estar llamando y  enviando mensajes: “dónde está”,  “qué está haciendo”, “con quién está”.

Los académicos no son ajenos a esta fiebre. Son humanos y como para la futbolitis aguda no hay vacuna que valga, también se meten de lleno en el cuento del deporte de las patadas y los goles.

Por todo esto y mucho más, la Academia de Historia de Norte de Santander ha programado, para mañana viernes, a las cuatro de la tarde, un conversatorio sobre los Mundiales de fútbol. Su historia, goles famosos, jugadores brillantes, arqueros renombrados, penaltis botados, canillas partidas, anécdotas, chismes…etcétera, etc.

Están invitados los grandes del fútbol de nuestra región: Germán ‘Burrito’ González, Rolando Serrano (mundialista en Chile 1962), Hugo Horacio Lónderos, Armando Santafé y varios más que le dieron gloria y renombre al Cúcuta Deportivo y a otros equipos nacionales.

Ellos se encargarán de hacer amena la tarde y no hay ninguna restricción para la entrada. Pueden asistir Raimundo y todo el mundo, Vicente y toda la gente y los que quieran darse un baño de popularidad hablando y aprendiendo de fútbol. La sede de la Academia de Historia queda en el Palacio Nacional, entrando por la calle octava.

De modo que allá nos veremos, si Dios nos da vida y licencia, en una de las jornadas más sabrosas de la temporada. Después no diga que no le avisamos.

Miércoles, 27 de Junio de 2018
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