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Gobernanza de la riqueza hídrica
En el departamento hace falta pasar de la planificación a la acción.
Domingo, 24 de Marzo de 2019

El pasado 22 de marzo se conmemoró el Día Mundial del Agua, y se vivenciaron cientos de iniciativas culturales y pedagógicas desde distintas latitudes, con el propósito de llamar la atención sobre la importancia de la defensa de la gestión sostenible de este recurso no renovable. En Colombia se concentra el 5% de la riqueza hídrica mundial, por lo que se esperaría que en el país se estuviesen haciendo todos los esfuerzos posibles, a nivel político y comunitario, para proteger el precioso líquido. Sin embargo, el Estudio Nacional del Agua 2018 (ENA) –publicado con motivo de la conmemoración de esta fecha ambiental– deja ver que en nuestro país hacen falta articulación institucional y gobernanza para garantizar el cuidado y aprovechamiento del agua. 

Si bien es cierto que la disponibilidad del agua se ve limitada por las condiciones de calidad que son afectadas por las presiones de uso y contaminación de los sistemas hídricos, la formulación de políticas públicas respecto de la distribución del agua tiene múltiples errores que han derivado en el fracaso de la universalidad de la cobertura. En Colombia hay desigualdad en el acceso al líquido vital, a pesar de ser un derecho universal, declarado como tal en 2010 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. 

Las inversiones de los gobiernos (desde el ámbito nacional) se han focalizado en las regiones Andina, Caribe y Pacífica, resultando en una centralización en el acceso a este recurso, por lo que sólo 3,6 millones de personas en el país cuentan con servicio de acueducto. Norte de Santander ha sido uno de los departamentos favorecidos con recursos: Se destinaron 714 mil millones de pesos durante la era Santos para proyectos orientados a la gobernabilidad del agua en esta entidad territorial.

La capital de Norte de Santander, Cúcuta, es una de las cabeceras municipales con condiciones deficitarias de agua, por estar ubicada geográficamente en una zona árida, por lo que es susceptible ante el desabastecimiento, al igual que otros 12 municipios del departamento. Según el ENA, el acceso al recurso hídrico en el departamento de Norte de Santander se ve afectado en un 30% debido a: Déficit en la oferta natural, reducción de las precipitaciones o insuficiencia en la infraestructura.

A pesar de las inversiones ejecutadas, en el departamento hace falta pasar de la planificación a la acción, y encaminar la toma de decisiones en dos direcciones: 1) Incentivar a los sectores productivos a hacer un uso más eficiente del agua en sus procesos y así disminuir el impacto sobre el recurso hídrico (priorizando el agrícola y el energético, debido a que demandan el 45% y 25% del agua, respectivamente). 2) Ejecutar obras para el tratamiento de aguas residuales e impedir la descarga de vertimientos a  las cuencas hidrográficas, en los puntos que se han identificado según estudios liderados por la CAR. 

Sin lugar a dudas, con o sin motivo de la conmemoración del 22 de marzo, el ENA es un instrumento importante para conocer sobre la cantidad y calidad de agua disponible en el país, en relación con las dinámicas sociales y las presiones que se ejercen sobre los sistemas hídricos. Sin embargo, es insuficiente para identificar los desafíos políticos de Colombia en infraestructura de abastecimiento, acceso a agua potable y servicios de alcantarillado.

La vulnerabilidad de los territorios frente a la disponibilidad del agua no depende únicamente de los fenómenos meteorológicos que se presentan y que inciden en la oferta natural del líquido vital. Por el contrario, los factores con incidencia humana como la conciencia ciudadana y la voluntad política, son los que priman a la hora de garantizar la seguridad hídrica de los habitantes. Teniendo en cuenta lo anterior, es importante exigir a las instituciones una planificación para la conservación y protección de las fuentes hídricas, además de la ejecución de obras de descontaminación y prevención ante un posible aumento de la huella hídrica de los sectores económicos. Sólo así se realizará una verdadera conmemoración del Día Mundial del Agua.

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