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Ha muerto un gran general

En el campo intelectual, el General Guillermo León Diettes se destacó por su versación y por su incansable actividad académica.

El pasado 5 de enero falleció en Bogotá el Brigadier General de la Policía Nacional Guillermo León Diettes Pérez, y causó gran pesar el desaparecimiento de un hombre excepcional que dejó una huella imborrable en la institución a la que sirvió durante cuarenta años, y en el conjunto de academias de historia en el que se desempeñó con gran solvencia.

Había nacido el General Diettes en Lebrija (Santander) en el año de 1944. Ingresó muy joven a la Escuela General Santander donde recibió el grado de Subteniente en 1963, y desde entonces ascendió continuamente en el escalafón policial hasta alcanzar el grado de General de la República, desempeñando los altos cargos que se reservan a los mejores oficiales, entre los que se destacan el de Sub Director de la Policía Nacional, Director de la Escuela Jiménez de Quezada, Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, y dos veces Agregado Policial en la embajada de Colombia en EE.UU. Recibió 46 condecoraciones por sus logros sobresalientes.

Pero la vida del General Diettes Pérez tuvo también una gran dimensión además de su desempeño como miembro de la Policía colombiana por su dedicación al estudio de la historia, a la cátedra universitaria y a la vocación de periodista. Fue cofundador y Presidente de la Academia Colombiana de Historia Policial durante nueve años; miembro de numerosas academias de historia de Colombia y de otros países; profesor en las escuelas de la Policía y de varias universidades colombianas por largos años, y orientador y colaborador de diversos órganos periodísticos. En el campo intelectual, el General Guillermo León Diettes se destacó por su versación y por su incansable actividad académica.

Quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y colaborar con él en las actividades de la Academia de Historia Policial, guardamos un respetuoso recuerdo de su amor por la historia, y de su atractiva personalidad como líder de esta institución que ha contribuido de manera muy eficaz al enaltecimiento de la institución policial que, lamentablemente, es más respetada en otros países que por nuestros propios ciudadanos 

Como cabeza de su familia, el General Diettes fue un esposo ejemplar y un padre y abuelo especialmente cariñoso. Sus hijas eran su orgullo, particularmente la destacada artista plástica Erika Diettes de quien nos refería con alegría sus éxitos nacionales e internacionales. A ellas les hago llegar mi más profunda condolencia.

Y a la Policía Nacional, a sus compañeros de curso, a los miembros de la Academia de Historia y al sinnúmero de discípulos que aprendieron de sus sabias lecciones, también debo expresar mi sentido pésame porque se ha perdido un gran policía, un laborioso académico, un profesor ilustrado, un periodista responsable y un amigo del que siempre se aprendía algo edificante.

ramirezperez2000@yahoo.com.mx
     

Sábado, 11 de Enero de 2020
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