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Hagamos de Cúcuta una fuerza empresarial
Si bien es cierto que estamos en una posición difícil, es necesario entender que situaciones similares han ocurrido.
Miércoles, 18 de Abril de 2018

Nos encontramos los cucuteños en la situación económica y social más difícil de todos los tiempos. La que era conocida como “la perla del norte” tiene ahora la cifra más alta de desempleo e informalidad, 18,7% y 72,2% respectivamente según el último informe trimestral del DANE. Como si fuera poco, la crisis humanitaria provocada por el éxodo masivo de venezolanos ha generado en la región un desorden social que termina por empeorar los indicadores de seguridad, empleo, cobertura de salud y educación, entre otros. 

Si bien es cierto que estamos en una posición bastante difícil, es necesario entender que situaciones similares han ocurrido a lo largo de la historia en varias ciudades del mundo. En la mayoría de los casos han sido las fuerzas de las iniciativas locales que, en cooperación con los actores privados y públicos de las regiones, lograron desarrollar sus medios productivos y económicos para lograr bienestar. Es aquí, donde creo que debemos encontrar en el emprendimiento y las pymes, el protagonismo para potenciar de nuevo a Cúcuta y convertirla en un lugar de primer nivel empresarial. 

Sin embargo, pese a la idea que es mejor inventarse un trabajo que buscar uno y ser empleado, en Colombia más del 80% de las pymes no sobreviven al tercer año de ser creadas. Esta alta tasa de mortalidad se debe, por un lado, a las barreras económicas que impone el Gobierno con diferentes impuestos que las asfixia y, por otro lado, las micro y pequeñas empresas no llegan a su madurez por la ineficiente gerencia de su modelo de negocio. 

De acuerdo con lo anterior, y mientras le seguimos exigiendo a nuestros dirigentes bajar los impuestos que no permiten dinamizar la economía, sería fundamental pedirles también realizar todas las gestiones necesarias en el Gobierno central para fortalecer académicamente a las personas que inician sus negocios. Estas personas al no tener la posibilidad de conseguir empleo, por necesidad forman empresa, pero no están preparados para desarrollar eficientemente un plan de negocios, pues la mayoría han estudiado cualquier otro tipo de carreras excepto las conformadas por las ciencias administrativas. 

Aunque tenemos entidades que brindan apoyo a iniciativas empresariales como la Cámara de Comercio, el Sena, Bancoldex, y más, no basta con una ayuda económica o crédito flexible. Tampoco es suficiente asesorías intermitentes que no brindan las capacidades para que los emprendedores puedan sobrevivir el difícil mundo de los negocios. Pienso y estoy convencido que se debe crear una política pública empresarial liderada por el Ministerio de Comercio, la cual, con los recursos suficientes pueda brindar acompañamiento constante a las empresas desde su creación, y con los respectivos acuerdos de confidencialidad, pueda evaluar el desempeño y hacer recomendaciones a sus estrategias empresariales.

Es en épocas de crisis cuando debemos sacar lo mejor de nosotros mismos. Cúcuta tiene una posición geográfica envidiable y el potencial de gente trabajadora que, solo por las bondades comerciales brindadas hace años por Venezuela, dejamos de un lado nuestra iniciativa empresarial y de formar industria. Ahora, debemos unir esfuerzos con la clase dirigente y todos los demás actores de la sociedad civil, para exigir no la solución de nuestros problemas, sino las herramientas y garantías necesarias para demostrar lo valioso que somos.  

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