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Intolerancia y abuso

El policía decidió impedir el paso ubicándose en la parte delantera del vehículo sin pensar de qué forma se desataría tan lamentable situación.

El domingo de la semana que pasó, alrededor de las 10 y 30 de la mañana, las redes sociales publicaron videos que evidencian la secuencia de una situación irregular con motivo de operativos en el centro de la ciudad.

En uno de los videos se observa a un uniformado frente a un vehículo de baja gama maniobrando lentamente por una mujer. 

En el segundo, la conductora se da a la fuga y la persiguen dos motocicletas de la Policía Nacional. 

Además, un uniformado sobre el automotor colgado peligrosamente.

En el tercero, el joven patrullero sobre la vía en estado inconsciente. De inmediato, el hecho se volvió viral y trascendió a nivel internacional. 

Se trata de una conductora de automóvil quien presuntamente se negó a enseñar sus documentos y por tal motivo, el policía decidió impedir el paso ubicándose en la parte delantera del vehículo sin pensar de qué forma se desataría tan lamentable situación.

De antemano, debo anotar que reprocho desde todos los puntos de vista, la intolerancia de la irresponsable conductora, quien no midió el alcance de su torpeza, sea cual fuere el motivo de la posible inmovilización. 

Sin embargo, han aparecido los apoyos a la misma institución al personal responsable del operativo, por aquello de la facilidad que tienen los altos mandos para acceder a los medios de comunicación y en cambio, las declaraciones o razones por parte de los familiares que dieron origen a los hechos, no han tenido el mismo eco.

Con respecto a la posición asumida por el joven patrullero, considero que no está establecido en la ley ni documentado el proceso de operativos en ninguna parte, porque pareciera que las instrucciones apuntaran a que en caso de la no atención u obediencia por parte del presunto infractor, la autoridad deberá arriesgar su vida ubicándose en la parte delantera del vehículo, sin importar las consecuencias.

Lo lógico del asunto es que en caso de fuga, se debe realizar la persecución del infractor por medio de las patrullas (motocicletas, camionetas, camiones, etc.) aplicando los famosos “planes candado” de tal manera que muy fácilmente se hubiese atrapado a la señora, evitando un ruido periodístico innecesario. 

Las declaraciones ofrecidas por uno de los comandantes de nuestra querida institución, son bastante débiles, puesto que si lo que quieren es regular la movilidad en el sector céntrico de la ciudad, el mayor problema lo tenían a escasas cuatro cuadras (avenida 7 entre calles 10 y 7), lugar donde el flujo vehicular es dramático y por donde se evidencian las mayores irregularidades en materia de tránsito y espacio público.

En conclusión, no apoyo el comportamiento de la infractora quien ahora está frente a un delicado proceso penal, pero tampoco estoy de acuerdo con las “sorpresitas” que ofrece el llamado grupo élite de la Polinal que en oportunidades se convierten en abusos. 

Sábado, 15 de Diciembre de 2018
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