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Justicia y medios

El periodismo apareció mucho después que el derecho, el artesanal a finales del siglo XVI y el moderno en los comienzos del siglo XX.

Un problema humano consiste en juzgar las acciones de los demás y en eso las múltiples religiones están de acuerdo. En general señalan que nadie debería juzgar a nadie porque solo dios -el de cada religión- tiene la verdad y nadie es perfecto. Sin embargo desde las primeras sociedades apareció el Derecho, comúnmente llamado justicia (aunque muchas veces son dos cosas antagónicas) como un mecanismo de control social para evitar el caos. El derecho moderno ha sido una gran conquista del ser humano para para tratar de comprenderse sobre todo en su comportamiento social. Ha evolucionado a lo largo de los siglos, como todo. Pasó de ser arbitrario en la antigüedad a ser formalmente “justo” en la Edad Media, época en que las sentencias consistían en quemar viva a la gente en la hoguera y en espectáculo público. Un delito grave era ser sospechoso o tener creencias diferentes a las aceptadas por la religión y el Estado, que era lo mismo (recordar a Girolamo Savoranola-google). 

El renacimiento en el siglo XVI con el estudio de las ciencias implicó un avance en el respeto a la dignidad humana. La Revolución Francesa fue un hito. Desunir los conceptos de pecado y delito fue todo un salto dialéctico en occidente, lo cual no existe aún en la cultura islámica. Se dijo que un derecho, tanto como el de la vida o el de la libertad, consistía en ser juzgado conforme a una serie de reglas preestablecidas, entre ellas ser oído en un juicio y solo ser declarado culpable si se contaba con pruebas irrefutables de la responsabilidad. Pero esa teoría aún hoy es una lucha (recordar el caso Sacco y Vanzetti o el muy colombiano Jubiz Hazbun/Galán - google).  

El periodismo apareció mucho después que el derecho, el artesanal a finales del siglo XVI y el moderno en los comienzos del siglo XX.  Podría decirse que casi durante un siglo de coexistencia entre la justicia y el periodismo hubo límites, mesura, prudencia. Hoy no. Han cambiado los paradigmas. Por una parte, desde que la tecnología se disparó en los 80s y hoy “los medios” no se refieren solo a los diarios de papel y a las radioemisoras (que van de salida para los jóvenes) sino a Facebook y otros, y de otro lado, desde que los jueces en todas partes empezaron a utilizar el micrófono para hablar de las pruebas en sus procesos sin haberlos concluido, desde que empezaron a pronunciar sentencias sin haber sido escritas ni conocidas por los intervinientes, desde que este panorama viene ocurriendo hace unos diez o quince años, las cosas se han confundido. No es que el mundo fuera mejor antes, pero las relaciones derecho al debido proceso-derecho a informar habría que replantearlas, si se puede.  

Aparte de la polémica que no cabe en este espacio, un damnificado en esta transformación de costumbres ha venido siendo el derecho a la presunción de inocencia, el derecho a ser oído ante los jueces antes de ser condenado  a través de los medios. Avanzamos regresando a una forma de edad media.  Por el auge de la tecnología hoy en día los medios se le metieron al rancho a la justicia y desde luego que por ello, algunas cosas no se sabrían, pero, pero (doble), en ese mucho “saber”, en ese mucho informar, muchas otras cosas no son como aparentaban al inicio y en últimas se sacrifica a la verdad, o la más aproximada a ella, que es la que indica el juez al final del proceso y ya cuando es tarde. 

Miércoles, 27 de Septiembre de 2017
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