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La hora de soltar es ahora

Soltar es recordar que Dios habita en ti en medio del dolor. 

Los nudos hay que soltarlos para darle libertad a un lazo que quiere servir de unión.

Si tu vida es una cuerda tan larga como el tiempo que quieres vivir, te propongo que la uses para unir, para abrazar, para ajustar. Utiliza esa cuerda para formar con ella un circulo de amor e invita a los tuyos a hacer parte de él.

Utiliza la cuerda de la vida para enlazar desde tu borde a ese que amas y que se está alejando, para traerlo de vuelta. Pero si insiste en irse, lo mejor que debes hacer, desde el amor, es soltarlo con amor.

Soltar a una persona, es un acto de generosidad con ese alguien, que ha decidido seguir su camino sin nuestra compañía, o que simplemente cumplió su ciclo terrenal y fue llamado a vivir en un campo celestial.

Ese gesto de desapego, es también la opción de no sufrir por algo que no tiene remedio o cuya solución no está en nuestras manos. El apego a la vida de un ser querido, familiar, llámese padre, madre, hijo o alguien a quien se ha amado mucho, es también una muestra de una especie de egoísmo inconsciente al no querer permitirle a la persona cumplir su ciclo terrenal.

Desapegarte, en esta específica situación es abrir una puerta a este ser querido para que viaje a la eternidad a encontrarse con Dios, y a vivir en plenitud los beneficios del paraíso.

Desprendiéndote de ellos y permitiéndoles viajar puedes aceptar que fueron parte de tu vida y que disfrutaste de su existencia pero que ahora en lugar de haberlos perdido te ganaste un Ángel con su partida

Soltar significa un desprendimiento lleno de confianza hacia una entrega total al universo de todas tus angustias, temores, miedos y dudas, convencidos de que Dios está en tu vida para sorprenderte con su amor y ocuparse de tus dificultades puestas en tu propia cruz.

Soltar es recordar que Dios habita en ti en medio del dolor, y que en las adversidades te regala su paz, si decides dejar todo en sus manos y aceptar su voluntad para que las soluciones te lleguen con bendiciones de manera permanente.

Sí sueltas el afán, la prisa, la inmediatez, y todas aquellas necesidades de solucionarlo todo prontamente y de manera personal, te sorprenderás con la bondad del universo que atiende tus deseos en la medida que dispongas tu mente y corazón a aceptar los tiempos indescifrables, que además están perfectamente sincronizados con la voluntad divina de nuestro Padre.Soltar es aligerar la carga y el equipaje de tu viaje terrenal, entregando toda clase de creencias y condiciones impuestas por el mundo para encontrar la felicidad.Es abrir las manos vacías para recibir las provisiones de sabiduría y discernimiento y así, preparar el terreno para la llegada de la prosperidad y la abundancia a través del trabajo. Soltar, es limpiar tu mente de pensamientos oscuros, llenos de dudas y temores enemigos de la fe y la esperanza.

Es despojarse del poder otorgado por las riquezas materiales y reconocer con humildad que toda esa suerte provino del cielo y se mezcló con tus dones y talentos para dar ese resultado económicamente favorable.El apego a la riqueza material es el temor a perderla y la ansiedad que genera tener más y que, por ende, te lleva a convertir en trofeos públicos las cosas materiales como casas lujosas, autos, viajes, ropa de marca y demás medallas de exposición social.El apego se convierte en una necesidad que te obliga a luchar por la pertenecía de eso que idealizas y que te hace sufrir cuando no esta. El desapego en cambio, es la libertad que genera la idea radical de que tener todo lo anterior es válido, si la vida te lo ha ofrecido por esfuerzo propio o por golpes de suerte del destino.

Pero que todo ello, no es la razón de la felicidad auténtica y pura. Porque esta nace desde el corazón y se alimenta con pensamientos desprendidos, acciones de servicio y momentos íntimos de oración, reflexión y meditación que te llenan de luz.

Con toda seguridad que soltando, desapegándote y desprendiéndote de aquellas exigencias del mundo, serás capaz de vivir a su lado y recibirlas como regalos de Dios sin generar la ansiedad de tenerlas ni el temor a perderlas

Soltar es liberarse de la tensión producida por las exigencias sociales y laborales que te llevan a convivir con el estrés.

Ante un proyecto de vida trazado en cualquier área, se planifica, se ejecutan las acciones necesarias y se pone a rodar, soltándolo con tranquilidad, permitiendo a los vientos naturales proponer la velocidad y el curso en el desarrollo del mismo.

Soltar es comprender que no necesitamos manipular las condiciones externas y ajenas para que el resultado que se dé, sea el esperado por nosotros.
Puedes soltar los problemas y las enfermedades, y con ello se desvanecen las angustias que aparecen con estas circunstancias, quitándote la paz.

“La tensión que produce controlar un caballo brioso se termina cuando se le sueltan las riendas. Entonces descansan los dos”.

Hakuna Matata

Jueves, 26 de Julio de 2018
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