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La ley y soluciones de contingencia

Absurdo, que solo siete años después del daño, aparezca Ecopetrol luego de sus terribles omisiones y burla de sus responsabilidades.

“A caballo regalado, no se le mira el colmillo”
 Adagio gitano.

Se ha desatado una polémica inusitada por costos trasladados a los usuarios de escasos recursos, entre los defensores del mal llamado acueducto metropolitano y quienes sostienen que ese servicio domiciliario es menos gravoso si se realiza la conducción del agua por gravedad y no por medios mecánicos, como lo impuso unilateralmente Ecopetrol.

En cualquier otra región de Colombia, la lógica colectiva indicaría que hay que estar del lado de los menos favorecidos, los de abajo, como en la novela del médico Mariano Azuela, pues los costos eléctricos para mover las inmensas motobombas llegarán cada mes, en la factura, a los pobres. Y como no hubo otra alternativa, pues Ecopetrol impuso la de su contratista y el asunto va, porque va; como dijo José Luis, al copiar inmisericordemente la frase de Edgar Jesús. 

Lo preocupante para quienes formamos nuevas generaciones, es convencer a los muchachos, que esas posturas facilistas y frívolasdel menor esfuerzo, del conformismo indigno, propio de la mediocridad, no debe seguir dándose. Porque en el concierto nacional nos están retratando mal, muy mal. Con ese mismo criterio del refrán gitano, que a colmillo regalado no se le mira el colmillo, nos impusieron desde Bogotá hace 13 años, una deuda que hoy vale ciento cincuenta mil millones de pesos estando muerta.

Y es que ni Ecopetrol, ni el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio nos han regalado nada. Solo cumplen con unos mandatos de la ley, que por omisión e incumplimiento nos causaron unos daños irreparables, derivados de los derrames del crudo en el cauce del río Pamplonita a la altura de los límites de Chinácota y Bochalema, el 2 de junio de 2007.

Increíblemente unas obras que ha debido ejecutarse finalizando el siglo pasado y antes de la catástrofe; hoy en 2019 como gran cosa se van a comenzar a ejecutar.

Sí, porque desde 1988 ya se ordenaba por la Ley 46 cómo prevenir y atender toda clase de desastres sancionada por el presidente Barco Vargas y luego derogada por la 1553 de 2012.

Pero en materia de desastres derivados del derrame de crudos, vinieron varios decretos, pero especialmente el 321 de 1999, que impuso los planes de contingencia, como el que se contiene en el ya famosísimo Documento Conpes 3798 de 2014.

Absurdo, que solo siete años después del daño, aparezca Ecopetrol luego de sus terribles omisiones y burla de sus responsabilidades, como la gran benefactora de la ciudad agredida y olvidada. Y más grave, que haya cucuteños agradecidos porque cumplen con una ley y unos decretos que burlaron por años.

Sí, porque el Decreto 321 de 1999 no les ordenaba generosidades con Cúcuta y su área metropolitana. Todo lo contrario, el artículo 2° imponía la elaboración del Plan Nacional de Contingencias PNC, el artículo 3° los objetivos específicos como proveer recursos para desarrollar esos programas, pero con la advertencia de que se diera la participación local y regional, que nunca realizaron, para imponernos la solución de contingencia por bombeo eléctrico. Decreto casi todo dirigido a la industria petrolera. La solución de contingencia conforme a estas leyes y decretos, impone que todos los costos de la solución de contingencia, son de cargo de Ecopetrol que incluye el subsidio de los costos eléctricos del “moto bombeo”.  Como ven, no nos han regalado nada, por ello hay que revisarles los molares al caballo.

Adenda: Quiera Dios que la Dirección Regional de Fiscalías, no encuentre dos o tres procesos engavetados de la educación superior pública regional, para no desmantelar muchos sectores del poder.

Miércoles, 6 de Febrero de 2019
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