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La puerta giratoria

Por eso es que estamos como estamos, y por eso también es que el delito crece.

Así podríamos denominar la situación que está pasando en Colombia con los delincuentes, al conocerse el informe de las autoridades en donde dan cuenta de la manera como los bandidos entran y salen de las cárceles, en un escenario que no representa otra cosa que la impunidad frente al delito y la exposición del ciudadano para que le ocurran toda clase de situaciones, por cuenta de un sistema inoperante y absurdo.

Nos han contado las estadísticas reveladas, que en las diferentes ciudades colombianas existe un registro de delincuentes en donde hay casos en donde una sola persona puede llegar a evidenciar hasta 43 entradas a la cárcel. Por Dios; cómo es posible que un delincuente de esta naturaleza pueda estar suelto, a sabiendas de que cada vez que está en la calle es para ampararse en el delito y cometer toda clase de fechorías, mientras nuevamente pueden dar con su paradero, para repetir la absurda escena de manera indefinida.

En dónde está la protección que debe tener la sociedad para que se le pueda garantizar que los individuos peligrosos estén apartados de ella, tal como lo ordenan las normas legales. Con este escenario lo que estamos es frente a un sistema alcahueta que se burla de los ciudadanos al montar una pantomima en donde le dice que pone tras las rejas a los delincuentes, pero a renglón seguido los suelta para que continúen con su actividad criminal.

Por eso es que estamos como estamos, y por eso también es que el delito crece, porque el perverso sabe que la Justicia no actúa y que las consecuencias que se pueden derivar de su accionar son mínimas y no llegan a representar verdaderas amenazas para sus conductas irregulares.

La Justicia en Colombia pide a gritos una reforma que permita diseñar procesos efectivos para que la delincuencia se pueda atacar no solo con penas efectivas, sino con mecanismos de inteligencia para que el delincuente pueda ser identificado con procedimientos ágiles y de esta manera implique su reducción inmediata para que la sociedad no quede expuesta a sus fechorías.

Un escenario en donde un delincuente pueda registrar 43 entradas a la cárcel, en donde pudiéramos decir que entra por una puerta y sale por la otra,  es una vergüenza y una señal clara de la pobreza absoluta del sistema judicial.

Jueves, 22 de Febrero de 2018
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