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La respuesta al desafío pandémico
Antes de que pasara todo esto a nadie se le habría ocurrido...
Domingo, 12 de Julio de 2020

Mientras estemos en la pandemia Covid-19 no vamos a poder apartar los ojos de esta situación, de su desarrollo, sus cifras y sus posibles soluciones. Para la fecha, se oye a quienes podrían ser expertos en esta materia y continúan considerándose aprendices de una pandemia que sorprende cada día y están lejos de saberlo todo sobre el virus y la enfermedad que provoca. De tal manera que los términos con que debemos enfrentarla siguen siendo: desafío, incertidumbre, resiliencia y humildad. 
 
Estos vocablos y su significado cobran mayor importancia en el sitio a donde llegan los enfermos más graves, los que tienen un riesgo alto de perder su vida, las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI). Hecha la tarea de la cuarentena temprana, ahora es cuando surge la mayor parte de los enfermos y las cifras cada día agregan nuevos contagiados y fallecidos. Lo urgente ahora es disponer de camas para hospitalización y respiradores en las unidades de cuidados intensivos. En ambos frentes se trabaja a marchas forzadas. 
 
Antes de que pasara todo esto a nadie se le habría ocurrido que a toda prisa era necesario y de manera prioritaria fabricar los ventiladores para asistir  a un gran número de pacientes que los demandan para superar la enfermedad. Hasta ahora todos estos equipos utilizados en las UCI eran importados y así ha sido durante muchos años sin que eso produjera un afán adicional a los que se tienen atendiendo pacientes críticos. 
 
Con carácter urgente y ante la carencia de estos equipos, varios grupos se han dado a la tarea de construir con la eficiencia y celeridad requerida estos instrumentos de valiosa utilidad en cuidado intensivo. Hoy se sabe que por lo menos hay en Colombia veintiuna iniciativas en este sentido y están trabajando para lograr surtir a las unidades de cuidados intensivos con los ventiladores hechos en casa, con tecnología y mano de obra nacional.  
 
Entre todos estos se destacan los vinculados académicamente la Universidad de Antioquia y el Hospital San Vicente Fundación de Medellín, y la Universidad de La Sabana acompañada por la Fundación Neumológica de Colombia; ambos han fabricado respiradores con una patente abierta, con carácter humanitario, para que quien quiera copiar su trabajo lo haga. Ellos se han asociado con otras empresas que pueden producir industrialmente este equipamiento y distribuirlo en todo el país para el beneficio de los pacientes graves por Covid-19. 
 
Al trabajo dedicado de las universidades y las instituciones que las apoyan solo le resta un paso final para poner en funcionamiento sus ventiladores, el visto bueno del ente regulador en esta materia, el Invima. Sin su aprobación no se puede hacer su fabricación en gran escala, después que ha sido experimentada su eficiencia y seguridad en modelos animales y están listos para hacer las primeras pruebas en humanos. 
 
El tiempo apremia, el número de casos crece y con ello quienes necesitan un ventilador para sobrevivir. El trabajo inicial ya está terminado, hace falta su aprobación que se espera sea pronto. Esto demuestra la enorme capacidad de nuestros ingenieros, biomédicos y médicos especializados, para responder a una emergencia como la que vivimos en la actualidad y los hace acreedores al reconocimiento de todo el país.  

Muy pronto se podrán usar sus prototipos y muy seguramente también serán comercializados fuera del país, una vez cubierta la demanda interna.  

jorgepabonl@yahoo.com 

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