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La solución de las dos ciudades

Claro que en nuestro territorio cabe otro municipio. Atalaya puede consolidar un territorio con más de 250 mil habitantes y 80 mil predios en unos 100 barrios.

Asombro inicial me causó la proposición de mi antiguo estudiante Marthey: Atalaya municipio. La reacción primera fue de negativa a la separación. Por varios días mascullé los pros y contras de la propuesta y recordé mis estudios con el municipalista Augusto Hernández Becerra, estudioso del tema territorial y del municipio en particular, como figura sobresaliente de la descentralización. Hernández considera que Colombia está en proceso de construcción territorial, propugna por dar vía jurídica a nuevos entes porque hay un número bajo de municipios en relación con la población y, estima que el municipio ha perdido mucha de la autonomía que le otorgó el constituyente de 1991. 

En el departamento tenemos las recientes creaciones de los municipios de La Esperanza (1993), Puerto Santander (1993) y Los Patios (1985). Precisamente en este último, en el colegio José Celestino Mutis, con Gustavo Cornejo, uno de los promotores, recogimos firmas para lograr el objetivo de abandonar la tutela villarosarense. Para apoyar con hechos mi argumento, es innegable el acierto de Los Patios al asumir su destino en el marco del ordenamiento territorial de Norte de Santander y con justicia disputar el segundo lugar en importancia en el contexto departamental. He ahí un buen ejemplo de cómo en tres décadas el antiguo corregimiento iguala y supera a la entidad matriz. Adicionalmente, comparemos: mientras Santander tiene 30.500 km2 y 87 municipios, Boyacá 23.200 km2 y 123 municipios, y Norte 21.600 km2 con apenas 40 municipios. 

Claro que en nuestro territorio cabe otro municipio. Atalaya puede consolidar un territorio con más de 250 mil habitantes y 80 mil predios en unos 100 barrios, indicadores que, de entrada, permitirán pasar con sobrada calificación las exigencias constitucionales y legales.

Trabajé algunos años en la deprimida zona de Palmeras Parte Baja, justamente en la escuela Cúcuta 75, donde la erosión avanzó al punto que se relocalizó la institución en la parte alta, junto a la autopista. Esto para decir que conozco la dimensión del territorio y las posibilidades de Atalaya.

Contrario al secesionismo, la propuesta tiene soportes fiscales y tributarios, perspectivas legales y futuro político. Es una invitación seria, un reto a salir del cascarón, un enfrentamiento a los eficientistas y tecnócratas que patrocinan el desmonte territorial. La democracia cuesta y un elemento de la democracia es la posibilidad de obtener mayoría de edad territorial, para gestionar con autonomía las necesidades y proyecciones. Si hoy no cuaja la idea, queda la simiente del municipio 41. Si así fuere, Atalaya disputará a Ocaña, Pamplona, Los Patios y Villa Rosario el justo lugar de segunda municipalidad del departamento.

¿Qui bono? En términos kantianos, Atalaya gana en mayoría de edad; en términos del profesor Hernández Becerra, se impulsa un nuevo municipio para fortalecer la democracia y el desarrollo social; en términos de infraestructura pronto se iniciarían las construcciones del necesario equipamiento local; en términos de descentralización, un nuevo municipio da fundamento físico a la nacionalidad; en términos de ciudadanía abre espacios de participación ciudadana; en términos de administración contará con la presencia de instituciones para atender sus necesidades. Gana Cúcuta porque mantiene su condición de capital y su categoría.  

El presunto desmembramiento se contrarresta con la integración del nuevo municipio en el Área Metropolitana de Cúcuta, pero con nueva credencial para participar en el desarrollo de la zona más populosa del departamento.

Marthey ha lanzado una propuesta atrevida, pero realizable. Su idea deviene del derecho romano de la emancipación, de la necesidad de que el hijo supere al padre, de la expuesta noción kantiana de mayoría de edad. Si no es ahora, la semilla salió del zurrón del sembrador y en un futuro no lejano tendremos un nuevo actor en el contexto regional. Ya imagino a los líderes de Atalaya pensando en los caminos, las estrategias, los retos y escollos que deben superar para cristalizar esta propuesta que, dicho sea de paso, tendrá que pasar por la Asamblea y por la voluntad ciudadana tanto de los cucuteños como de los atalayenses. 

Jaime Marthey, valoro su atrevimiento y honestidad al lanzar propuestas de este tono que se salen de lo políticamente correcto y lo muestran como un líder con ideas propias y audaces.

Sábado, 12 de Octubre de 2019
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