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La tristeza del libertador
El caos y la tensión sobre lo que pueda suceder con Venezuela en los próximos días es total.
Sábado, 23 de Febrero de 2019

Apenas en pocos meses se conmemoran los 200 años de la independencia de Colombia y Venezuela, y difícil encontrar o imaginar una coyuntura peor que la que vive la frontera por estos días: un país como la república bolivariana con una gran parte de su población con dificultades para alimentarse y conseguir medicamentos, y su presidente resistiéndose a dejarlos entrar. Pero así ha sido nuestra historia; al final de sus días, en 1.830 Bolívar salía de Santafé de Bogotá hacia Honda tratando de encontrar el río Magdalena, vilipendiado, cansado y ya enfermo. Cuando iba a la altura de Mompox, recibe la noticia que el senado no lo había reelegido presidente, y lo que era peor, probablemente el golpe emocional y mortal para Bolívar, cuando es informado que ninguno de los delegados en el senado había votado por él para la presidencia. En la embarcación, incrédulo, le pregunta a su incondicional servidor José Palacios: “seguro que ninguno votó por mí?”. La respuesta negativa no se hizo esperar.

En esa misma embarcación, cuando el gobierno caótico de la Gran Colombia, a la que también apenas le quedaban unos días de vida, naufragaba, uno de los coroneles que acompañaban al libertador le pregunta por una decisión urgente a tomar: “Su excelencia, ya tenemos la independencia. ¿Ahora qué hacemos con ella?”. 200 años después esa es una buena pregunta para Maduro, ¿qué ha hecho con su país? Cómo es posible que el país que cuenta con el 20% de las reservas mundiales de petróleo haya caído a estos niveles de pauperización? 

Qué triste conmemoración de los 200 años de nuestra independencia. Al momento de escribir esta columna en horas de la mañana del sábado no sé qué sucedió ayer con la entrada de alimentos o medicamentos. Las primeras noticias muestran enfrentamientos en Ureña.  La llegada sorpresiva de Guiadó al concierto subió la tensión que de por sí ya era alta, y en ese contexto, cada día se escucha que comienzan a haber fisuras en las fuerzas militares, que el grupo de generales que rodean a Maduro desconfían, que algún sector del estamento militar comienza igualmente a sentirse afectado por el hambre y falta de medicamentos, y por ello Guaidó lo primero que hizo a su llegada al puente de Tienditas, fue reafirmar que algunos militares venezolanos le ayudaron a atravesar la frontera.

El caos y la tensión sobre lo que pueda suceder con Venezuela en los próximos días es total. Es casi imposible predecir sobre si Maduro cae o no en los próximos días. El gran interrogante es hasta dónde Rusia y China puedan alinearse apoyando a Maduro, y de ser así, el tema de Venezuela se vuelve en un gran problema de geopolítica internacional. “Qué cara nos ha costado esta mierda de democracia”, fue otra de las frases que se le escuchó a Bolívar cuando iba en la embarcación por el río Magdalena ya muy cerca de su encuentro con la muerte. De haber sabido Bolívar que 200 años después de su lucha y sufrimientos por independizar estas naciones, Venezuela llegaría a afrontar esta realidad, y que mucha de su gente estaría tratando de derribar unas barricadas para que le entraran alimentos, sin duda el Libertador habría muerto de tristeza.

En los próximos días se sabrá si Maduro decide atrincherarse, y seguir defendiendo y enriqueciendo a los pocos generales que lo apoyan y de espaldas a las dificultades que sufre su población. Lo cierto es que si decide mantenerse en el poder a ese precio, ya no tendrá ninguna legitimidad ni apoyo para sacar a Venezuela de ese caos en el que se encuentra, y la recuperación del vecino país será a años. Ya se han presentado algunas deserciones en el ejército de Venezuela, miembros de la guardia que han decidido en Ureña pasar a pie el puente internacional. Todo esto es lo que sucede en la patria del Libertador, 200 años después de su valiente lucha de independencia, muy a su pesar, y que agrava su tristeza que ya es infinita.

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