El conocido periodista Alberto Casas Santamaría ha publicado un libro con el título Memorias de un pesimista, donde recoge temas varios en al ámbito personal, familiar y nacional. El prólogo lo escribe Roberto Pombo Holguín, actual director de El Tiempo, de Bogotá, donde en pocas palabras hace una apretada síntesis de los orígenes del autor y de la vida nacional.
En un libro que publicó en 1982 el célebre abogado e historiador Alberto Dangond Uribe, titulado Recobrando el tiempo -texto de tenaz doctrina conservadora y agradable de leer- se refiere a Alberto Casas como un privilegiado de la vida con futuro asegurado, y es cierto, si tenemos en cuenta lo que dice Pombo en el prólogo, en el sentido que la vida de la familia Casas se confunde o entrelaza con la vida política colombiana, desde antes, con lo que leyó y escuchó a sus mayores, aunado a lo que le correspondió vivir, y “en ese sentido, su memoria sí llega casi hasta la fundación de la república”.
Es cierto, en el libro de Casas encontramos la guerra de los Mil Días, el 9 de abril, el 13 de junio de 1953 -día en que Colombia tuvo tres presidentes de la República, agrego yo-, el respaldo moral de Laureano para acometer sus propósitos, los pactos de Sitges y Benidorm y otros temas sobre su vida personal los desarrolla Casas al principio y al final de su obra, y por falta de espacio sólo puedo reseñar los títulos.
Sobre un capítulo del libro, titulado Los efectos nocivos del SÍ y el NO, razona Roberto Pombo en el sentido que esa “es una constante de nuestra historia”, causa de “todos nuestros desencuentros, desde la Independencia”, y, además, “desde el principio hemos estado peleando por lo mismo”. Esto me hace acordar del abogado cartagenero Carlos Villalba Bustillo, quien en su libro Los liberales en el poder -pero aplicable a todas las corrientes políticas tradicionales- dejó para la posteridad su juicio: “En el fondo, la lucha era por las posiciones y las posesiones”. Es decir, desde el principio hemos estado peleando por “posiciones y posesiones”. Aún lo es.
En la solapa del libro se escribe que Alberto Casas Santamaría fue cofundador de la FM con Julio Sánchez Cristo, y como se sabe que Casas es conocedor minucioso de la vida social y política colombiana, especialmente las denominadas “antañadas” -término hoy poco usado-, valdría la pena que sus intervenciones en la FM fueran más frecuentes e ilustrativas. En fin, muy buen libro para repasar retazos de historia política colombiana.
