La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
Las palomas reactivadas
El club  de  los  viejos verdes aumenta  de  manera  vertiginosa y las  jovencitas decentes  se  abstienen de  pasar frente  a  las  bancas  periféricas  para evitar que sean  desnudadas imaginariamente.
Miércoles, 21 de Agosto de 2019

Como es  normal  en  pueblos  grandes  o  ciudades  pequeñas, como la  nuestra, los dichos  se  vuelven  costumbres  y  de  tal  manera  algunos  lugares se  tornan emblemáticos,  como  ocurre con  el  céntrico Parque 29  de  Mayo,  denominado antiguamente  Santander y  ahora  llamado  “parque  de  las  palomas  caídas”.

Para  entrar  a  explicar las  razones por el  apelativo  tan  expresivo, el  conocido  sitio,  al  frente  de  la  catedral de  Santa  Ana y del  palacio  de  gobierno  municipal, sus  bancas, en  su  gran  mayoría,  son  ocupadas  por pensionados o en  su  defecto  veteranos que  ya  deberían  haber  cumplido  con  sus  compromisos o  goces  sexuales.

También  se  volvió normal  que  el lugar  recreativo sea ocupado por los  vendedores ambulantes,  en  su  mayoría de  origen  venezolano,    desocupados o  varados ,  como se  dice  en  el  argot  popular ,  y también  por señoras , que por falta  de  oficio o  porque ya  se  cansaron  de  trabajar,  hacen  las  veces  de  grabadoras o  cámaras  de  televisión.

Debido  a  lo  anterior,  hay un  gran  número  de “excombatientes amorosos“  que están  plenamente identificados por los  “reporteros ocasionales” y que  conforman  el  cartel de  los libidinosos, no  obstante que  sobrepasen los setenta años  de  edad,  que  conserven  a  sus  esposas y son abuelos o  bisabuelos.

El renacer  sexual lo han   provocado  un  grupo de  jóvenes atractivas,  provenientes del  vecino  país o  criollas, como  les  dicen  de  manera despectiva.  Para completar el  milagro,  los  vendedores de  productos  mágicos para revivir a  las palomas, especialmente el ´mero macho´,  asedian  las  bancas donde  se  dan  las  transacciones placenteras.

Dentro  de  las  oferentes  sexuales, se  especula  que hay  muchachitas de catorce  a  dieciséis años, lo que  representa un  delito sexual, aparte de la  adquisición de enfermedades tan  temibles  como la  gonorrea,  sífilis o el  VIH.

Los  precios están sometidos a los  efectos de la  oferta  y  demanda,   permiten el  regateo,  y en  temporadas  de abundancia , un  ratico  de  placer cuesta veinte mil  pesos,  sin  contar obviamente  con  el  alquiler de la  pieza, en  los  hoteles de  los  alrededores  o   apartamentos cercanos.

Dentro  de  los  vendedores ambulantes o  estacionarios,   no  faltan  los que ofrecen bebidas tonificantes como el  jugo  de  borojó  y otras  sustancias que supuestamente producen  el  milagro de  revivir  a  las  maltrechas  palomas.

El club  de  los  viejos verdes aumenta  de  manera  vertiginosa y las  jovencitas decentes  se  abstienen de  pasar frente  a  las  bancas  periféricas  para evitar que sean  desnudadas imaginariamente.

Según  los  informes de los  periodistas espontáneos,  la impúdica actividad comienza a  partir  de  las  cuatro  de  la  tarde y los clientes están debidamente identificados, aunque  falta  por establecer si las esposas,  hijos,  nietos o  biznietos están  enterados de las  aventuras de los intrépidos  neo machos, que para aprovechar las  oportunidades que  no  tuvieron cuando  eran  jóvenes  y  solteros, hacen todo  lo  posible, hasta  exponer  sus limitadas  vidas ,  para  reactivar  a sus cansadas  palomas.

Por  lo anterior,  es  común que  durante los finales o  comienzos de  mes,  por  las  redes  sociales  circulen imágenes  de voluptuosas mujeres   desnudas  exhibiendo  sus  zonas  pecaminosas, en  razón  a que durante esos  días los  pensionados  reciben  sus  mesadas ,  de  tal  forma que  ellos  entren  a  participar en  el  carnaval del  sexo.    

Temas del Día