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Lo que nos faltaba

En la Alcaldía hay cerca de 10.000 personas en proceso de embargo por no pago oportuno del impuesto predial.

Casi para no creer lo que sucede en Cúcuta, que a pesar de la situación crítica que hoy en día vive la ciudad, en la alcaldía hay cerca de 10.000 personas en proceso de embargo por no pago oportuno del impuesto predial, y la meta es cumplir con ese cobro a cerca de 17.000 contribuyentes. 

Como si eso no fuera suficiente, los montos de los embargos son excesivos, arbitrarios, dejan al contribuyente literalmente liquidado comercialmente, tal como me  comentaba con recibos en mano el dueño de un parqueadero, a quien no sólo le embargaron el inmueble que causa el gravamen que sería lo lógico, sino que le embargaron todas sus cuentas bancarias y por supuesto que no le queda otra opción que la de despedir a varios de sus empleados.  Esta es apenas una muestra de lo que le está sucediendo a muchos ciudadanos y comerciantes de la ciudad. Lo que nos faltaba.

Es decir, para ir sin tanto preámbulo al origen del problema, sin tanta carreta, se avecinan las campañas políticas del próximo año y hay que buscar billete al precio que sea, no importa que sea a costa del pobre comerciante que ya no puede más, que está cerrando sus negocios porque las  ventas no le dan, y ahora, de sobremesa, le obligan a pagar un impuesto predial por demás mal calculado, excesivo y arbitrario, que lo determinan como si Cúcuta hiciera parte de esa Arabia Saudita de esos años de riqueza de los 80 y no la real, la que es frontera que padece todos los días los desaciertos del dictador de al lado. 

Para percibir la situación de crisis que vive Cúcuta, apenas es suficiente dar una vuelta por el centro de la ciudad y encontrar la cantidad de establecimientos de comercio en los que se lee, en venta, en liquidación, rebajas del 50%, se arrienda, liquidación total, y a esa crisis, ya no entra gente a comprar, llega es el requerimiento de la alcaldía que anda buscando dinero.

Tuve ocasión de mirar una curiosa carta que le está llegando a la gente en la ciudad, muy amable y bien redactada - quizás lo único que hacen bien -, en la que de manera cordial se invita al ciudadano al pago anticipado de una plusvalía. Cualquier desprevenido que lea esa amable invitación, creerá que Cúcuta entró a la posmodernidad, a aquellas ciudades ejemplares como en Suecia en las que un ciudadano paga anticipadamente una contribución porque sabe que su administración es confiable y seria, y de buena fe paga anticipadamente. Si a mí me llegara esa amable carta, también en términos muy amables la devolvería esa comunicación diciéndoles que no les pagaría porque entre otras cosas desconozco cuál fue la obra que hicieron, o que supuestamente van a hacer que genere la tal plusvalía, y que como soy desconfiado por naturaleza, no la pago. En el párrafo final les escribo mi última apreciación: creo que esa platica se la van a tumbar y listo, firmo.

Desde la misma constitución se regula que los impuestos deben ser razonables, que deben consultar las realidades económicas de una región. Sobre eso hay varias sentencias del Consejo de Estado y profesionalmente voy a estudiar cuidadosamente el tema. Aquí contrariamente, mientras la situación económica de la ciudad es grave, muy crítica, el Estado, incluido el Igac que también se ha equivocado, han hecho actualizaciones en los que un predio que pagaba una suma determinada razonable, lo han multiplicado en más de 5 veces y tienen reventada a la gente. La administración municipal debe generar recursos con inteligencia y buen gobierno, apoyando a los empresarios que puedan generar empleo y no embargándolos al precio que sea buscando dineros para que gente como yo, malpensados, creamos que no tendrá buen destino.

Sábado, 12 de Agosto de 2017
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