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Los nudos ciegos de la frontera
Todo lo reducen a propuestas que se quedan en la descalificación agresiva y provocadora. 
Domingo, 3 de Marzo de 2019

Los opositores al Gobierno de Venezuela presidido por Nicolás Maduro no han tenido acierto en la formulación de una salida de solución a la crisis en que está sumido ese país. 

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con sus insinuaciones de intervención militar externa, complica aún más la situación. 

Los gobernantes que hacen parte del Grupo de Lima tampoco tienen capacidad para contribuir a la construcción de un acuerdo que haga posible el restablecimiento de la normalidad democrática en la vecina nación. 

Todo lo reducen a propuestas que se quedan en la descalificación agresiva y provocadora. 

El autoproclamado Presidente “interino” o de “transición” Juan Guaidó tampoco muestra coherencia ni sustancia en lo que dice y hace para  que le avalen su supuesta autoridad. 

En Colombia se repiten los palos de ciego de ese entramado de resistencia al “dictador”.

La demostración de lo deleznable de las decisiones tomadas para debilitar a Maduro está en el estruendoso fracaso de los envíos de ayuda humanitaria. 

Allí siguen congelados alimentos y  medicamentos. Fue un pulso que Maduro les ganó a quienes montaron ese show.

De otra parte, el mismo Nicolás Maduro se aferra a sus baratijas y consignas políticas, a su discurso también pendenciero, a sus estrategias de intimidación y a su régimen de censura, para no ver la realidad que estremece a Venezuela. Es como querer detener el sol “pisándole la sombra”.

No hay a la vista una salida correcta para Venezuela. Porque esa salida no se logra con el bloqueo, ni con el abuso de apoderarse de los recursos, que son patrimonio público.

Entre tanto, la zona fronteriza de Colombia y Venezuela recibe los efectos negativos que resultan de la anormalidad. Hoy Cúcuta es una ciudad recalentada por la migración de los venezolanos y por la fractura de su dinámica económica y social que generó la decisión se cerrarla. Se desataron todos los lazos que unían las actividades productivas de uno y otro lado. Lo que predomina ahora es la ley de la ilegalidad, del abuso, de la violencia, del delito, o mejor, de la criminalidad en auge, a cargo de grupos que imponen su ley con rigor abusivo y con un maltrato que no admite la menor expresión de inconformidad.

Es necesario que se deje a Venezuela en libertad para que sean sus ciudadanos los que decidan sobre su Gobierno, con democracia y transparencia, sin la intervención colonialista de aliados que van tras objetivos, que pueden ser intereses contrarios a los de la nación.

No se puede permitir que Venezuela sea tratada como si fuera otro patio trasero de las potencias que buscan repartirse el mundo.

Puntada

La columna publicada el pasado domingo 24 de febrero apareció sin el párrafo de introducción, por lo cual quedó incompleta. Era este: Con la compilación de su columna de opinión Notas al margen, publicada en La Opinión y El Tiempo desde los años 60 del siglo XX, José Neira Rey ha hecho un libro, en el cual está plasmada buena parte de la realidad regional.

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