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Marzo y las mujeres
Y si ellas no lo hacen, hagámoslo los hombres: vamos a consentirlas todo el mes, aunque no lo agradezcan.
Martes, 3 de Marzo de 2020

Comenzó marzo, lo cual quiere decir dos cosas: Que ya sólo faltan diez meses para que se acabe este bisiesto, y que este mes toca dedicárselo a la mujer, por orden o por capricho de no sé quién, porque el 8 de marzo se lo dedicaron a ella. 

Nadie se acuerda que al hombre también le dedicaron un día de este mes: el 19 de marzo, día del carpintero de Nazareth, san José.

Todos los homenajes, los brindis, las flores, los regalos, las tortas y las serenatas son para ellas. ¿Y a los hombres, qué? 

Viéndolo bien, si en el mes metieron las dos celebraciones, lo justo es que la cosa debería ser repartida. Me explico. Quince días de rumba para la mujer, y quince, para el hombre.  Miti y miti.

Veamos la cosa con más detenimiento. Dicen los estudiosos de la biblia (algunos, no todos) que fue un 8 de marzo cuando el Señor se apiadó del hombre y le dio compañera. Que lo vio achantado, aburrido, estresado, a punto de tirársele al Éufrates sin saber nadar, porque no tenía con quien satisfacer sus gustos: pasear, montar a caballo, saborear frutas, leer poesía, tomar vino, cantar a la luz de la luna,  preparar un asado, cultivar orquídeas, en fin, hacer todo aquello que en pareja resulta más placentero.

Entonces se le ocurrió la idea de darle mujer, pero ¿cómo? La arcilla de alta calidad, tipo exportación, la había gastado toda en la fabricación del hombre. Fue cuando dijo Dios: Durmamos al hombre, le sacamos un hueso de cualquier parte, que no le haga falta, y con eso algo hacemos.

Dicho y hecho. Cuando Dios dice hacer una cosa la cumple. Tiene palabra divina. Durmió al man, le hizo la cirugía sin dolor, le abrió el costillar y le robó una costilla de esas que llaman falsas. Creo que ahí metió las patas el buen Dios. En lo de una costilla falsa. Por eso es que por eso. Pero bueno. Trabajó el hueso, le echó navaja, fresa y pulidora, y sacó algo que hasta el mismo Creador quedó maravillado.

Imagínense al pobre Adán cuando despertó y vio semejante tronco de hembra al lado. “Ahí tiene, para que no se entretenga solo”, le dijo Dios. En ese instante sucedió lo que siempre sucede cuando están el hombre y la mujer solos, lo que ha venido sucediendo desde entonces, a través de los siglos por los siglos, lo de siempre, lo que nunca pasa de moda. Lo que nadie se esperaba. Él, boquiabierto, mirándola. Y ella, despampanantemente bella, a su lado.

-No se quede ahí parado, como un bobo, haga algo, ¿por qué será que todos los hombres se empendejan cuando la ven a una?  -dijo ella. Y lo siguió regañando.

Es decir, le dio cantaleta, lo de siempre, lo que nunca pasa de moda. Fue la primera cantaleteada de una mujer a un hombre. Desde entonces, sigue sucediendo lo mismo: cantaleta pa´llá, cantaleta pa´cá. Cantaleta porque sí, cantaleta porque no.  Como dije, eso sucedió un 8 de marzo, y eso es lo que celebran todos los años.

En cambio, ¿al hombre qué le celebran? La humildad, la cabeza gacha y el trabajo de san José. “Que ese hijo no es suyo, sino del Altísimo”, le dijo un ángel. “Está bien, mi estatura no da para tanto”, respondió él. “Que apere la burrita y lleve a María hasta Belén”, otra vez el ángel. “Está bien, voy a herrar la burrita”. “Que corra para Egipto porque al niño lo quieren pasar al papayo, y a él hay que pasarlo pero a la cruz”, de nuevo el ángel. “Está bien, ya voy”. 

Por eso, para que imitemos a José, para recordarnos que a todo debemos decir “Está bien”, con humildad y la cabeza gacha, nos arreglaron con una seudofiesta, la fiesta del padre putativo de Jesús. 

Está bien, pero que se vea. Que nos partan torta, que nos den serenata, que nos quieran, que nos consientan la barriga, que nos lean algún poema, que nos den algo, cualquier cosa, lo que sea, que nosotros con poco nos conformamos.

Marzo es, pues, el mes por excelencia. Y si ellas no lo hacen, hagámoslo los hombres: vamos a consentirlas todo el mes, aunque no lo agradezcan, aunque cualquier día agarren su morral y se marchen. Y brindemos por ellas aunque mal paguen. Pero brindemos todo el mes, aunque nos den cantaleta.

Gusgomar@hotmail.com      

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