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Columnistas
Medio siglo después
Hoy se dice con sorna que entonces comenzó la lucha para liberarnos.
Domingo, 21 de Julio de 2019

Hace cinco décadas, un veinte de julio, estábamos celebrando el día de la Independencia para rendir homenaje a quienes hace 159 años atrás se habían atrevido a armar una revuelta que marcó el inicio de la insurrección contra el dominio ejercido hasta entonces por los españoles. 

La historia cuenta que pasaron nueve años más para que la independencia definitiva se diera y comenzáramos una vida republicana. 

Hoy se dice con sorna que entonces comenzó la lucha para liberarnos de quienes nos estaban robando, hoy nosotros elegimos a los que nos roban. 

Pero hace 50 años ocurrió un hecho especial que significó un hito en la evolución del hombre, fueron entonces cuando luego de cuatro días de viaje un grupo de astronautas de Estados Unidos llegó a la luna y dos de ellos pudieron pisar la superficie de este satélite natural de la tierra. 

Ese hecho marcó un adelanto en la carrera espacial a favor de los gringos que se estaban enfrentando a los soviéticos. Así que llegar a suelo lunar evidenciaba el poderío del equipo de la NASA que representaba a todo un país que para entonces ejercía liderazgo mundial. 

Para entonces podíamos seguir los acontecimientos mundiales a través de la radio que reproducía los mensajes que llegaban a los teletipos de las agencias de noticias. 

No obstante, recuerdo de aquella época, siendo un imberbe preadolescente, que Caracol radio transmitía en directo desde Cabo Cañaveral con Eucario Bermúdez y la televisión de entonces en tono de grises, con pocos aparatos disponibles y menos en el barrio donde me crie, tocaba agolparse en la casa del vecino que contara con esa maravilla de las comunicaciones. 

Fiel a lo que ocurría en aquel entonces Jorge Enrique Grisales hace un relato detallado de la transmisión especial de la televisión colombiana: 

El día que los astronautas pisaron la luna, la romería fue gigante en las casas donde había televisión: Costaba trabajo distinguir la figura pálida de Neil Armstrong descendiendo por los nueve peldaños de la escalerilla del módulo lunar: “Ahí está. Ya bajó” decían algunos, mientras los demás enfilaban la pupila hacia la pantalla para corroborar la gran noticia. 

Cuando la transmisión se interrumpía aparecía el profesor José de Recancens explicando lo que estaba sucediendo, así el mismo no distinguiera, como la mayoría de los colombianos, las figuras que flotaban en la superficie selenita. 

Después de cincuenta años las comunicaciones son muy distintas, se sabe con inmediatez lo que ocurre en zonas distantes, Armstrong ya falleció, los gringos no han vuelto a la luna, pero ahora su presidente dice que reactivará ese programa, los rusos nunca llegaron por allá y tampoco parecen tener ganas de hacerlo. 

Mientras tanto muchos parecen estar en la luna y al parecer viven por allá muy cómodos porque le han perdido interés a todo cuanto ocurre en su planeta. 

Esa coincidencia en la fecha de nuestra independencia y la llegada del hombre a la luna hace que irremediablemente cada vez que izemos la bandera por la independencia recordaremos también a los astronautas gringos protagonistas de aquella hazaña. 

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