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Mi Cúcuta querida
Cúcuta tiene inconvenientes como cualquier otra ciudad, pero hay muchos interesados en no ser parte del problema, sino de la solución.
Sábado, 5 de Enero de 2019

Las vacaciones en Cúcuta son una bacanería, se disfruta del calor propio de una ciudad situada en el trópico a 320 metros sobre el nivel del mar, la temperatura se mueve entre 20 y 33º C.

Es refrescada con vientos que corren en dirección sureste con una velocidad que alcanza los 20 Km/hora. 

Esta circunstancia hace que sean habitantes habituales del área urbana los zancudos Aedes y Culex, contra los cuales se toman medidas de erradicación por parte de las autoridades sanitarias locales, los cuales no le restan encanto a esta ciudad a la cual acuden con agrado muchos para pasar las festividades de fin de año o en cualquier otra época. 

Nuestras enderezadas calles están en su gran mayoría adornadas por varias especies de árboles que aparte de sombrear sus andenes, jardines, redomas y parques, le aportan un marco de naturaleza. 

El estudio de Evaristo Carvajal identificó 121 especies de árboles, algunas propias y otras foráneas. Ese entorno verde hace que sea una ciudad diferente que exaltan los visitantes al admirar su exuberancia. Esa condición hace de especial agrado caminar por sus calles y los cucuteños tienen por costumbre sembrar y cuidar árboles. 

Los parques en años recientes han sido recuperados y adaptados para dar un paseo, ejercitarse en los aparatos allí han sido instalados o simplemente pasar un rato por en buena compañía. 

Los barrios céntricos y periféricos han sido beneficiados con estos sitios de esparcimiento complementados con escenarios deportivos. 

Si se trata de hacer compras, los centros comerciales ofrecen una amplia gama de productos en un ambiente agradable y climatizado, además del centro comercial a cielo abierto que ocupa un área extensa de la ciudad alrededor del emblemático parque Santander, el cual cuenta con espacios amplios para dar facilidades de desplazamiento a los visitantes.    

La oferta gastronómica y de sitios para la rumba es variada, para todos los gustos y precios, en un sitio especifico de la ciudad se han concentrado los bares y restaurantes en una especie de zona rosa que ha ido paulatinamente desplazando las residencias del barrio Caobos, lo cual complementa la propuesta en ese mismo sentido del Malecón donde están los restaurantes más cotizados y de renombre nacional. 

Esta ciudad debe tener un atractivo especial para los hoteleros, no de otra manera se explica que en un corto plazo se hallan construido y puesto en funcionamiento tres hoteles de diferentes cadenas con reconocimiento internacional, que se suman a los tradicionales y que durante muchos años han prestado este servicio.   

Cúcuta tiene inconvenientes como cualquier otra ciudad, pero hay muchos interesados en no ser parte del problema, sino de la solución. 

A esta ciudad se le quiere, los profesionales que han nacido aquí y que la quieren, retornan para darle realce, prestar sus servicios, aportar al crecimiento y jalonar su progreso ofreciendo nuevas opciones. 

Hay muchas más razones para querer visitar o para vivir en esta cálida urbe, que apreciamos quienes aquí nos hemos forjado. Pero, por ahí de vez en cuando aparece alguien inflamado de superioridad, con una verborrea cargada de malquerer que vacía con rabia nacida de la frustración sobre Cúcuta y sus habitantes, sin lograr hacer daño a una ciudad que lucha y no necesita de quienes no la aprecian.

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