La autoridad es como el regulador de todos los comportamientos humanos, cualquier grupo por pequeño que sea debe tener autoridad, para que pueda funcionar.  De no ser así estaríamos bajo la tutela del Laissez Faire y Laissez passer  (expresión francesa que significa dejar hacer dejar pasar), algo así como la anarquía. Aquel refrán que se le creó  a nuestra ciudad desde hace muchos años, que reza  “En Cúcuta usted puede hacer lo que se le dé la gana” viene teniendo una vigencia impresionante en los últimos tiempos, pues los que ostentan el poder y los cargos tanto en la Alcaldía, en la Gobernación, como en muchas otras entidades, no ejercen la autoridad desde los cargos que tienen porque obedecen no a su conciencia, ni a la ética , ni a la moral, ni al temor a Dios, sino a sus padrinos políticos a quienes les deben sus puestos… “esta vida y la otra “; todo se vende, todo se compra, y nadie regula nada, no hay autoridad. 

La epidemia de la corrupción ya traspasó todas las barreras y se pasea campante por todas las entidades públicas del orden Nacional, Departamental y Municipal.  Las instituciones más llamadas a representar y  ejercer la autoridad, y no permitir que el barco se hunda totalmente, (como el Ejército y la Policía Nacional)  también han vendido su honor  y responsabilidad por  muchos pesos, para no castigar a los miserables que desangran la Patria, haciéndose cada vez más ricos a costillas de los pobres y sin oportunidades, porque no hay quienes con poder, por las buenas y con autoridad, restablezcan  el imperio sano y honesto que sea capaz de meter a la cárcel a tantísimo vándalo, truquero y ladrón miserable que tiene y patrocinan los partidos y grupos políticos en los que el pueblo no cree ya nada ….pero que por el hambre y la necesidad se venden al mejor postor para mitigarlas.

En la crisis de autoridad que estamos sufriendo, y cobijados un poco por la horrible situación general que tiene nuestro principal país vecino, nadie quiere ejercer la autoridad, pareciendo el país una tierra sin Dios ni Ley  y todo el mundo escurre el bulto.  Para que esto no continúe siendo una Torre de babel, sin “Dios ni Ley”, vale la pena que tanto la Policía como el Ejército Nacional permanezcan alertas, con presencia activa en todos los puntos cardinales no solo de Cúcuta sino de los más importantes pueblos del Departamento, para que propios y extraños sepamos que aquí si hay autoridad…quizá lo que está faltando es quienes la pongan a funcionar  como debe ser. Por la misma falta de autoridad en las instituciones es que a los funcionarios se les hace fácil  seguir robando, haciendo trampas y triquiñuelas para defalcar el fisco municipal o departamental.

Desde hace rato los medios masivos de comunicación social, han mermado sus denuncias contra la corrupción en entidades públicas, lo cual vale la pena retomarse para ayudar a la Nación. Vale la pena que todas las entidades, o por lo menos algunas de las personas honestas que les quedan, retomen el camino correcto, y se atrevan a denunciar, a ejercer la autoridad y hacer justicia, porque reivindicándose  de verdad obtendrán el perdón de sus conciencias, y de Dios por hacer algo y empezar a enderezar el camino chueco por el que andan.  Recordemos la sabiduría popular de los abuelos,  y retomemos aquella máxima que dice que dura más un pedo entre un chinchorro, que  aquello que fue robado.