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Columnistas
Nueva normalidad y virtualidad
Dicen que no hay mal que por bien no venga.
Martes, 26 de Mayo de 2020

En estos días de confinamiento se comenta mucho en todos los medios de comunicación sobre la “nueva normalidad”; en otras palabras, se dice que no volveremos a la normalidad, es decir, a la vida que teníamos antes, sino a una nueva realidad, y ello implica, entre otras cosas, que seguiremos en el mundo prevenidos contra todo y todos. Tan prevenidos que un simple estornudo en la calle, o varios, como sucede en ocasiones por cuestiones alérgicas, servirá para que transeúntes desconocidos presuman que el pobre parroquiano es portador del virus, sintomático o asintomático, para lo que les va a importar. Un simple estornudo, repito, dará margen para que un amigo guasón te señale, sin medir consecuencias, y procedan a darte el trato como si realmente padecieras el mal. Pero todo indica que hay que aprender a convivir con el nuevo inquilino.   

Dicen que no hay mal que por bien no venga. Prueba de ello es que en estos días de confinamiento se intensificó el uso de internet en todos los campos de la economía: colegios, universidades, compras en red y comercio en general. Desde luego que antes también existía, pero había cierta reticencia de algunos comerciantes, por ejemplo, en expandirse a través de estos medios. Algunos lo sufren hoy día cuando la vida les demostró la necesidad de abrirse a ese mundo, enseñar lo que se hace u ofrece en el establecimiento de comercio o en el hogar, desde luego. En muchos negocios vi el siguiente letrero: “Sólo atendemos por WhatsApp”.

En Colombia también existe la normatividad sobre el teletrabajo desde el 16 de junio de 2008 -durante la administración del presidente Álvaro Uribe Vélez-, con la ley 1221 de ese año, y lo que desde entonces a muchos les pareció un chiste hoy hay que tomarlo en serio y se le encontrará más sentido.

Es de esperar que los sucesivos gobiernos nacionales -todos- dejen de enorgullecerse porque llevan el internet a determinados puntos de la geografía nacional. No. Con las clases virtuales para estudiantes de colegios y universidades, impuestas por el mismo gobierno y con razón, obligó al uso de esta herramienta digital, y de inmediato salió a flote que en todos los sitios no había señal o era muy deficiente y que no todos los estudiantes estaban en condiciones de tener un portátil o algo semejante. Porque hay que tener en cuenta que cerrados los colegios y universidades muchos estudiantes se fueron para sus ciudades o sitios de origen, y no precisamente para centros urbanos, con las comodidades que ello implica, sino para la campiña colombiana, donde muchas veces, teniendo el portátil no hay señal de internet.

Qué bueno sería que el gobierno nacional masificara el internet y que la velocidad ofrecida corresponda con la contratada, porque todo ello salió a relucir con desesperación en las circunstancias actuales, máxime, al ver en la pantalla un círculo dando vueltas incesantemente.

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