Como una exhalación pasó la novena de aguinaldos, también la nochebuena y la Navidad; tan rápido que estamos ya de cara al inicio de un nuevo año y todos tenemos la ilusión puesta en que el nuevo calendario sea mejor que este periodo de 365 días que está por fenecer.
De tal forma que es hora de hacer los respectivos balances. En lo administrativo el alcalde de nuestra ciudad y el gobernador departamental terminan muy mal, con bajos índices de favorabilidad y una mala calificación de su desempeño. La popularidad del Alcalde César Rojas no alcanza a pasar el dintel de aprobación por parte de los cucuteños y en alguna publicación nacional figuró en el grupo de los peor evaluados. Durante el empalme con el nuevo alcalde se encontraron indicios de irregularidades en la contratación llevada a cabo por el saliente burgomaestre, luego se deben decantar los hechos para tener claridad sobre el asunto.
La ciudad al culminar el año y el mandato del actual mandatario, muestra obras inconclusas, sobre todo las que tienen que ver con el arreglo de vías que, tardíamente fueron comenzadas en su ejecución. Para la fecha la avenida cero muestra rayado el pavimento y los obreros están ausentes, tal vez ocupados en hacer los preparativos para el festejo del año viejo. Pero al mismo tiempo hay que reconocer que otros frente de trabajo si cumplieron con su cometido y mejoraron la pavimentación de importantes vías.
No sería justo dejar de resaltar el embellecimiento de la avenida Gran Colombia, una obra proyectada desde hace muchos años, que hasta ahora se pudo adelantar. El nuevo paisaje urbano tiene también en las obras del monumento de Cristo Rey un cambio importante que le dio al sector un renovado aire con los vistosos arreglos que fueron hechos en los alrededores de la emblemática y abandonada estatua. El parque de la vida en proximidades al cementerio central también le modificó la cara a este sector. Entre tanto avanzan las obras de la intersección vial cercana al terminar de trasportes y la de cuatro vientos, contempladas en las megaobras del gobierno salientes.
Entre tanto, el gobernador William Villamizar termina su periodo lejos del cargo, tal como le había sucedido en la ocasión de su anterior mandato, esta vez cumpliendo la sanción por las presuntas irregularidades en la suscripción de un millonario contrato de bilingüismo. Nada bueno para el departamento. Los cuestionamientos a la gestión son múltiples, tampoco obtiene buena calificación y las investigaciones en la Procuraduría continúan su curso, en algún momento se conocerán sus decisiones. De tal forma que el plan de desarrollo “Un Norte Productivo para Todos” se ve empañado por este significativo detalle, el que su gestor no esté al frente del cargo al final de su periodo.
Pero vienen nuevos y renovados vientos para los años venideros en la alcaldía con el ingeniero Jairo Yáñez, lo mismo se espera de la administración que en el departamento encabezará Silvano Serrano. Por el bien de la ciudad y Norte de Santander abogamos por una gestión eficiente y lejos de la corrupción para que salgamos ganando todos, gobernantes y gobernados.
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