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Columnistas
Oposición y populismo
Podemos ver que existe una delgada línea entre oposición y populismo.
Domingo, 26 de Agosto de 2018

“Oposición es el arte de prometer aquello que el gobierno no puede asegurar”. Harold Nicolson.

En política una de las cosas que mayor protagonismo genera, es criticar y señalar un gobierno de turno desde la cómoda silla de la oposición. En los últimos años desde el Congreso de la República, la bancada del Centro Democrático fue la más disciplinada en oponerse a todas las medidas que el expresidente Santos proyectaba. 

De lo anterior, podemos dar fe cuando por ocho años los congresistas dirigidos por el senador Álvaro Uribe, criticaron rabiosamente el proceso de paz, la reforma política, la reforma tributaria, los programas de infraestructura, vivienda, educación, en fin, absolutamente todo. 

Y como no hay nada más impopular que los impuestos en un país, la avanzada del partido uribista en contra de la reforma tributaria que implantó Juan Manuel Santos fue feroz e implacable. Sin importar que esta medida tenía una importante justificación para contrarrestar el efecto negativo de la caída del precio del petróleo, la bancada opositora declaró que el incremento del IVA significaba asfixiar a la nación y condenarla a la pobreza.  

Es curioso ver como el Centro Democrático luego de criticar la reforma tributaria por lo que contenía y, peor aún, en campaña prometer que iban a aumentar el salario, quitar el IVA seis días al año y no llenar de más impuestos a los colombianos, en menos de dos meses deben hacer caso omiso a esa retórica populista. 

Ahora, vemos que el IVA se va a quedar en el 19% y será ampliado a toda la canasta familiar. La propuesta del salario mínimo no es nada menos que un bono pensional que no aumentará el poder adquisitivo a las personas y si podría tener graves consecuencias inflacionarias en la economía. También, producto de esta medida, se incrementarían los costos asumidos por los empresarios que podría derivar en el aumento el desempleo y fomentaría la informalidad. 

En una entrevista de Blue Radio, el entonces candidato a la presidencia, Iván Duque, expresó que una pésima acción para bajar los impuestos era aumentar el recaudo de las naturales porque esta medida afectaba negativamente a la clase media. ¿Acaso esta pésima idea no fue exactamente lo que propuso su ministro de Hacienda en la nueva reforma tributaria? 

Podemos ver que existe una delgada línea entre oposición y populismo. Recordemos que Álvaro Uribe apoyó la consulta anticorrupción y prometió salir a las calles a defenderla, porque según él: “la política colombiana tiene un grave riesgo de deslegitimación y esta consulta cualquiera sea su origen, ayuda a reconstruir y legitimar la democracia”. No obstante, luego que ganara su candidato presidencial, sin sonrojarse, se volteó a la consulta pues ya no la consideraba necesaria. 

Es complicado dirigir un país con todas las debilidades económicas y sociales que tenemos, pero más difícil se hace cuando la misma clase política no encuentra puntos comunes y no se trabaja por un mismo horizonte. Le deseo a la nueva administración que la oposición y el populismo que hicieron durante los años anteriores no les siga pasando factura, la hora del discurso adornado se acabó y es momento de gobernar.

 

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