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Oración para que gane Colombia
Si Argentina pasa siquiera a octavos, no habrá dudas de que Dios existe.
Sábado, 23 de Junio de 2018

San Juan Pablo Segundo, san Juanpa, salud y que la siga pasando rico en esta eternidad sin estrés reservada a ustedes los santos.

De pronto le parecerá un poco insólita, locata, mi oración para que la selección Colombia vuelva chicuca a sus paisanos polacos en el partido de mañana. Pero bueno, los santos son para eso, para hacerles favores a los impíos de la llanura.

Además, el papa Francisco, puede pedirle el mismo “catorce” a san Lorenzo, nombre del equipo del cual es hincha en Buenos Aires. Le sugiero a Francisco que pida para que el fútbol regrese a los guayos de Messi. Parece rezao. No levanta. 

Si Argentina pasa siquiera a octavos, no habrá dudas de que Dios existe.(Otro argentino, enemigo personal del fútbol, el escéptico Borges, decía que la auténtica prueba de que Dios no existe es el dolor de muelas).

Mi petitorio balompédico, san Juanpa, se origina en varios hechos. 

Para empezar, estudié para papa con los agustinos recoletos pero como Dios hace las cosas bien me llamó pero no me escogió. Sólo llegue hasta acólito. Me habría gustado el relajado oficio de sacristán para tocar música de Bach con las campanas, pero tampoco.

Regresé a casa en flota Arauca entre Manizales y Medellín. 

Mi segundo argumento para que nos dé una mano contra Lewandowsky y su corte, es que a  usted lo conocí hace varios años, cuando estuvo en la llanura de Armero, derramando una lágrima por los centenares de muertos que dejó la avalancha del río Lagunilla.

Lo vi caminar a una jaculatoria por hora, el tumbao sin estrés, relajado, que tienen los papas. 

Cuando me miró con sus ojos de peregrino me exoneré a mí mismo de que no se me hubiera aparecido la Virgen, una de las ficciones de mi niñez, surgidas de la devoción de mi madre por la madre de Jesús. (Era tal su devoción que una de sus hijas se intitula Lucy del Perpetuo Socorro).

Aquella mañana en Armero,  mientras lo tuve ahí no más lo miré dos veces: una por mi madre y otra por mí. 

Me di la coba de que la mirada suya hacia el espacio donde me encontraba con otros colegas, era para mi solito. La vanidad, san Juanpa, no respeta pinta.

Espero que no tomará represalias balompédicas contra mi si le confieso que su mirada se me pareció a la del Corazón de Jesús de la sala de mi casa que me seguía por todas partes. 

Esa mirada, y no es por chicaniarle con mis viajes, la volví a ver en la Gioconda, cuando la visité en su sancta sanctorum del Louvre, en París. Me miraba tanto la Monalisa que me dio la sensación de que este moreno le había caído bien. Infiel la florentina hasta desde la eternidad del cuadro de Leonardo.

Lo ví bajar del helicóptero que lo trajo desde Bogotá en compañía de Noemí Sanín y su traje Chanel, López Michelsen enfundado en su traje importado de Londres, el canciller Augusto Ramírez, con su traje rayado con tiza, como los de Horacio Gómez Aristizábal y Góméz Méndez,  y el general Vega Uribe, feliz de lucir sus tres soles ante un papa que tiene la virtud de no equivocarse. Cómo me gustaría tener esa virtud a la hora de comprar baloto, santo padre.

Ah, olvidaba el otro personaje que le respiraba en la nuca, el cardenal López Trujillo, quien llegó a ser papable. En su momento, fue el colombiano más influyente en la corte vaticana. Por poco llega al papado.  A López no le pido ningún milagro porque me lo hace al revés y Polonia nos manda rápido a las duchas. 

Solo se me ocurrió hacerle una imbécil pregunta: “Cardenal, a usted no le da miedo montar en avión?”.  “No, lo utilizo como oficina”. Y siguió escribiendo esquelas  con su letra pegada de cardenal que no podía ver un condón cien kilómetros a la redonda.

Un tercer motivo para que nos ayude contra su país es de carácter gastronómico. Como a Mafalda, tampoco a mí me gusta la sopa, pero cuando viví en Bogotá, en el restaurante  Refugio Alpino, del centro, solía pedir su sopa preferida,  el borscht, hecha con base en remolacha y hueso poroso a la polaca. 

Bueno, creo que es todo por hoy san Juanpa. Como me fui por las ramas, le resumo: denos una mano para continuar en el mundial, y que las piernas derechas de nuestros jugadores sepan lo que hacen las izquierdas...

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