Frente a la Universidad de Pamplona, sede Villa del Rosario, hace pocos meses se estrenó un puente peatonal. Este puente está nuevo y prácticamente sin estrenar, y todo prevé que seguirá así, bueno, en lo de sin estrenar, ya que las cosas así no se usen se deterioran. Esta falta de uso de debe a que como los carros y motos transitan a muy baja velocidad (30 km/h) producto de la cámara de fotomulta que se encuentra metros antes de la sede, los universitarios prefieren cruzar sorteando el lento tránsito vehicular. En otras palabras, esta cámara cumple la función de reductor de velocidad y hace innecesario el puente.
Este puente, que representó una inversión millonaria, está condenado a ser parte de la muy numerosa lista de edificaciones que fueron construidas y que ni siquiera alcanzaron a estrenarse; a estas edificaciones, la clase política, los llama elefantes blancos. Con este eufemismo se oculta una realidad muy gravísima: los dirigentes políticos, a la hora de aprobar proyectos, solo reparan en cuánta va a ser la tajada que les quedará y no en la necesidad del pueblo.
Sobre otros tramos de la larga autopista internacional, para poderla cruzar hay que arriesgar la vida, como por ejemplo, a la altura donde finalizan las mueblerías, en el sentido Cúcuta-Villa del Rosario. En este punto, el único puente peatonal existente queda muy retirado y aquí la velocidad de los carros y motos si es verdaderamente alta. Si para alguien joven y ágil es difícil y peligroso hacer este cruce, no me alcanzo a imaginar para una persona de la tercera edad o discapacitada, o una mujer embarazada.
Haber construido este puente donde no era necesario y no donde sí era necesario, además de ser un crimen contra el erario, es también un intento de homicidio de los peatones y los conductores. Cada vez que sucede un accidente de tránsito en otros sectores de la autopista internacional por falta de un puente peatonal, los corruptos políticos deben ser judicializados por su participación incuestionable: si hubieran elegido responsablemente donde levantar el puente, posiblemente ese accidente nunca hubiera sucedido.
Para saber elegir dónde invertir en infraestructura, no se necesita hacer mucho, simplemente salir de la oficina y darse una vuelta por la ciudad, hablar con la gente, escuchar sus necesidades. Lo que parece que nadie de planeación municipal hace (este es un problema que sufre toda Colombia, pues, a lo largo y ancho del territorio nacional se encuentran elefantes blancos).
Aunque, lo ideal sería que hicieran honor a lo que significa ser servidor público: trabajar honestamente por su tierra y su pueblo. Mientras llega ese político ideal, me conformo con que roben (de cualquier manera piensan robar), pero, entonces, que el poco trabajo, realmente poco que hacen por la sociedad, sea a conciencia teniendo siempre como norte que traiga beneficio para la mayor cantidad de personas.
