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Para abogados
Vino a mi mente una de las pilatunas electrónicas más grandes cometidas en Colombia hasta ese momento.
Lunes, 24 de Septiembre de 2018

En redes sociales fue muy comentada el pasado nueve de septiembre, desde el Centro de Historia de Honda, su ciudad nutricia, la celebración del centenario del natalicio del periodista Jaime Soto Crespo, o simplemente Jaime Soto, como lo conocimos los colombianos que en las década de los setenta, del siglo XX, cuando veíamos y escuchábamos su Noticiero Contrapunto. 

Inmediatamente vino a mi mente una de las pilatunas electrónicas más grandes cometidas en Colombia hasta ese momento, cuando su hijo, el economista Roberto Soto Prieto, defraudó al Estado colombiano por la suma de 13 millones 500 mil dólares, cuyo procedimiento está detallado en el libro de don Carlos Holguín Holguín, titulado “Proceso de la República de Colombia ante la Corte de Londres”, publicado en 1991.

Toda esa introducción para decir que de la lectura del libro me llamó poderosamente la atención la demanda que la abogada Lista M. Cannon, de la firma BoodleHatfield& Co., presentó ante la Alta Corte de Justicia de Londres, porque después que el gobierno colombiano le entregó a la citada firma una información muy completa la mencionada jurista redactó un libelo de demanda, dirigida contra el Chase Manhattan Bank N.A., de apenas un folio tamaño carta y sin anexos, lo cual sorprendió a los abogados colombianos acostumbrados a expedientes con ingente cantidad de folios numerados, incluyendo los vueltos.

Ahora leo un conocido periódico de información jurídica y, de igual manera,  me llama poderosamente la atención el llamado que la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia hace a los abogados criminalistas, en el sentido que las audiencias públicas no son el escenario adecuado o pertinente para que las partes se luzcan exponiendo todas las teorías jurídicas que conocen, sino que es el momento procesal adecuado para que se alleguen los “elementos de juicio que soportan la teoría del caso y sean presentados los argumentos encaminados a obtener del juez la correspondiente decisión”.

Mucho antes de esta reconvención de la citada Sala Penal escuché decir al abogado penalista Iván Cancino González que en las audiencias hay que hablar con sencillez y, esencialmente, hay que perderles el miedo a los fiscales. En la Academia sí es válida la exposición de teorías jurídicas, esencialmente en el derecho constitucional que es la disciplina jurídica que brinda la oportunidad de iniciarse en el derecho comparado, con mayor razón hoy que se habla de la constitucionalización de todas las ramas del derecho. 

Recientemente el saliente Superintendente de Sociedades, Francisco Reyes Villamizar, en discurso en la Universidad de los Andes, decía que los abogados para ser exitosos deben dominar su propio idioma, aprender otros y hablar “sin extranjerismos, ni muletillas, de manera clara y concisa, porque estamos plagados de anglicismos e invadidos por los no menos abominables galicismos”.

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