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Para iniciar el año

Sabemos que Colombia es un archipiélago de regiones.

Para iniciar el año es bueno hacer remembranza de buenos textos publicados el año pasado que no podemos dejar de lado. Veamos algunos:

1. Diccionario de colombianismos. Es una publicación del Instituto Caro y Cuervo y esta segunda edición es indudablemente aumentada y actualizada. Sabemos que Colombia es un archipiélago de regiones y el Instituto lo que hizo fue recoger ese cúmulo de palabras del habla popular que no aparecen en el diccionario tradicional, digamos en el DRAE, o algunas aparecen pero no recoge nuevas acepciones, y las acompaña con ejemplos claros. Palabras como “Mameyudo”, pronunciada “mameyúo”, muy usada en el Caribe colombiano para significar algo grande o difícil de realizar; o su contraria, “Mogollo”, que tiene como sinónimos a “mamey”, referida a una actividad fácil de realizar, como cuando el estudiante dice que “el examen estuvo mogollo”. Además, trae el libro un Apéndice de las lenguas indígenas de Colombia donde observo que las lenguas barí de la Serranía de Perijá y Motilones pertenecen a la familia chibcha, lo mismo que el Kogui de la Sierra Nevada de Santa Marta. Sabemos que los motilones son una parcialidad de los caribes.

2. El país que me tocó. No sé si el autor o la editorial presentan este libro como las Memorias de Enrique Santos Calderón, lo cual da la sensación de despedida de una actividad u oficio. Es un repaso interesante por el transcurrir político de Colombia, principalmente, de donde quiero rescatar estas frases del autor sobre  Uribe y Santos, antagonistas políticos: “Uribe le devolvió al país la seguridad y confianza en sí mismo…”, y refiriéndose al presidente Santos, dice “Hubo un latigazo que sintió más hondo, que partió en dos su gobierno, presagió el retorno al poder de su implacable adversario y lo tuvo al borde de la renuncia: el triunfo del No en el plebiscito del 2 de octubre de 2016”.

3. Aspectos políticos del primer gobierno de Alfonso López Pumarejo. En su Colección Apuntes Maestros la Universidad Nacional de Colombia reedita este libro interesante del historiador Álvaro Tirado Mejía. Lo cierto es que aunque el título sólo menciona aspectos políticos de ese gobierno en su contexto también se explaya en referencias a aspectos sociales. Además, hablar de la Reforma constitucional de 1936, la de López Pumarejo, significa tocar o adentrarse en una serie de temas espinosos cuando se tiene una oposición política implacable, como la que entonces ejercía Laureano Gómez. Remozar después de tantos años de Hegemonía conservadora la Carta de 1886, la que muchos conservadores como José Joaquín Guerra en su libro Constituciones de Colombia denomina “cristiana, moderna y previsora”, provocó, por ideología partidista y porque eran políticos que nacieron y se formaron dentro de la vigencia de dicho estatuto superior, una reacción inimaginable: temas como asignarle función social a la propiedad privada, intervención del Estado en la economía, relaciones de la Iglesia y el Estado y la consecuente reforma el Concordato, la educación, etc., no podía menos que desatar tamaña reacción.

Lunes, 7 de Enero de 2019
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