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Petro: capitalismo y justicia social

Petro es un capitalista más, porque el mundo en el que vivimos es imposible apartarnos de este sistema y él lo sabe.

En cuanto a la industria: renegociación de tratados de libre comercio, estabilización de empresas, reindustrialización de sectores metalmecánicos, textiles y de tecnología, producción de materiales de construcción, turismo, y más... En cuanto a las pensiones: no aumentar la edad y una propuesta real que posibilite un bono pensional por encima del valor de la línea de pobreza. 

Comercio exterior: cooperación Sur-Sur; esto es, multilateralismo institucional y diversificación de las relaciones internacionales. En minas y energía: minerales, un cambio en las reglas de juego que permita proteger el medio ambiente y la rehabilitación de las zonas explotadas; no al fracking, por ejemplo. En agricultura: diversificación y fortalecimiento del banco agrario. En energía, una fase de transición hacia la conversión de un modelo más sostenible.

No va a expropiar; no quiere empobrecer ricos, sino enriquecer pobres; es más, y como lo afirmó esta semana en los micrófonos de la W Radio, lo que busca es “desarrollar el capitalismo”, pues tal y como está concebido genera más pobreza que riqueza. ¡Pero desconfiemos! Supongamos que Petro se mueve al “centro” solo en su discurso y sean ciertos los absurdos mitos del supuesto socialismo que desea implementar. 

En ese caso, coincido con diversos análisis de expertos económicos consultados en reiteradas ocasiones por el principal diario especializado en economía de Colombia: Portafolio. ¿En qué coincido? En lo fundamental: Petro no tiene el respaldo de las mayorías en el Congreso. Los cinco partidos políticos más fuertes de la actual legislatura bicameral son: Centro Democrático, Cambio Radical, Partido Conservador, Partido Liberal y Partido de la U; y, como sabemos, todos estarán con Duque. Y bueno, esto permite que el control político que constitucionalmente ejerza el poder legislativo tenga las garantías establecidas en nuestro sistema jurídico. 

De igual forma, se deben tener en cuenta las realidades del sistema mundo en el cual estamos. Colombia no tiene el poder de decisión en el escenario global para fijar sus propias reglas económicas. Puede regular ciertos aspectos internos, sí, puede aumentar los derechos de los trabajadores e intentar proteger el medio ambiente, también, pero las reglas de la economía global no permiten que un país cuente con plenas libertades económicas. Un ejemplo: el régimen de Maduro se declara socialista, pero sigue vendiendo petróleo a Estados Unidos. Se demuestra que allí, lo que impera, es la corrupción enmascarada de un discurso anti sistema. 

Con el plebiscito por la paz quedó demostrado que no somos un país en el que el altruismo y la empatía gobiernen nuestras emociones a la hora de votar. Lo que sí nos mueve, y es normal, son los intereses económicos particulares que nos llevan a proteger los ingresos para así garantizar en nuestros núcleos familiares buena alimentación, educación, salud, vivienda, cultura… Por esta razón hay que votar por Petro; es el único que propone un modelo que permita un desarrollo capitalista responsable y sostenible. Además, si llega a ganar, sería el único que tendría una real oposición y eso es sano; esa es la democracia.

Petro es un capitalista más, porque el mundo en el que vivimos es imposible apartarnos de este sistema y él lo sabe. Lo que también sabe, es que en ese mismo sistema se pueden lograr mínimos para avanzar en la justicia social. Y, así no seamos altruistas, la justicia social nos viene bien en términos de seguridad, economía, medio ambiente, sostenibilidad, finalmente, un país más viable. 

Jueves, 31 de Mayo de 2018
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