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Pobre democracia
Mirando con terror la televisión y revisando los correos electrónicos, cualquier humano consciente empieza a asustarse.
Viernes, 22 de Diciembre de 2017

Las noticias sobre el futuro de nuestro desgastado sistema político, la democracia, no son buenas, parece que el mundo se ha decidido por abrirle la puerta a la derecha extrema, que busca eliminar tanto los adelantos sociales como los avances en la paz, y en su lugar establecer la mano dura, la seguridad extrema y la erradicación de derechos tan ‘’absurdos’’ como las elecciones libres,  la no reelección y las garantías a las minorías de todo tipo.

Se  está comprobando, una vez más, que el mundo gira constantemente: lo que estaba arriba queda abajo y viceversa. Por eso, la izquierda pálida,, que gobernaba en Estados Unidos, Brasil y Chile, está desapareciendo y en su lugar se han surgido personajes como Donald Trump, un negociante sindicado de movidas chuecas, que tiene a todos al borde de un ataque de nervios, ante el peligro de una guerra atómica, que nos desaparecería, como les ocurrió a los dinosaurios.  

Mirando con terror la televisión y revisando los correos electrónicos, cualquier humano consciente empieza a asustarse. Fueron reelegidos ex mandatarios de Chile y Honduras, los Estados Unidos están dejando de ser la cordura y la civilización, los españoles están a un paso de dividirse, como le acaba de pasar a la Gran Bretaña, en Venezuela gobierna un chofer analfabeta, en Ecuador están agarrados dos viejos amigos, en Brasil, Perú y Panamá tambalean mandatarios activos y retirados que recibieron dineros para favorecer a una firma brasileña, que tenía interminable chequera, en Argentina acusan a exmandataria de varios pecados, en Europa no hay un sitio donde no se encuentren serios problemas. ¿Y aquí? Ni hablar: los dos antiguos partidos están con una pata en el abismo y ya se anuncia régimen parecido a las dictaduras que en la década del cincuenta cometieron toda clase de tropelías, como cerrar periódicos, perseguir enemigos y favorecer a personajes que quemaban pueblos y asaltaban buses.

Por el espantoso panorama local, donde sujetos como un asesino confeso y temible se vuelve personaje de los computadores y un exministro condenado por la justicia se atreve a volverse líder político, surge obvia pregunta:  ¿ se debe imitar a la avestruz que entierra la cabeza cuando viene el peligro o se debe defender nuestra débil democracia?

Es evidente e innegable la campaña destinada a desprestigiar al presidente Juan Manuel Santos por haberse atrevido a buscar la paz con una vieja guerrilla comunista que se convirtió en partido político.  Nadie puede negar que la paz no es popular, al punto de que  perdió referendo en las urnas y no se logró la aprobación de importantes leyes en el Congreso.  Además, pocos  se dieron cuenta de que el candidato uribista ofreció ‘’venezolanizar’’ el país para reelegir a Álvaro Uribe. 

Ante el desalentador panorama, que disminuye gracias a la victoria de mi amado Millonarios,  nos preguntamos: ¿Se debe seguir apoyando la paz o es mejor reanudar la guerra? ¿Es mejor la democracia o se prefiere la dictadura?

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