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Recorrido por las campañas

En un libro de reciente aparición, titulado “Historia de Colombia y sus oligarquías”.

Estamos en la recta final de la campaña presidencial y vale la pena hacer un recorrido desapasionado por las campañas:

Nadie duda que el candidato Humberto de la Calle Lombana es una persona con una recia formación jurídica que lo ha llevado a ocupar importantes cargos en la rama judicial y, principalmente, en la ejecutiva. Prueba de ello es que en 1990, cuando la Corte Suprema de Justicia aprobó la convocatoria de la Constituyente, el presidente César Gaviria inmediatamente tuvo que cambiar a Julio César Sánchez, entonces ministro de Gobierno -como se denominaba esta cartera- por Humberto de la Calle Lombana, para que a sus 45 años de edad y en razón de su preparación profesional lidiara, en nombre del gobierno nacional, con la citada Asamblea y algunos de sus indomables miembros.

Haber salido airoso de la tarea encomendada, con una Constitución que ha recibido toda clase de calificativos, le dio impulso a De la Calle para buscar la Presidencia de la República, al igual que ahora, luego de la firma de los Acuerdos de La Habana, pero en ambos casos el favor popular le ha sido esquivo. La historia dirá quién se equivocó: si el mismo De la Calle al ilusionarse o el electorado al negarle la oportunidad.

Por el lado de la Colombia Humana, hay un aparente incremento de los adeptos a un programa populista de izquierda que con antelación sabemos cuál es el resultado final. Resulta que no es solamente el programa de gobierno, también cuenta la personalidad del candidato Gustavo Petro que, como fiel marxista, se aferra al Manifiesto Comunista, donde se legitima el uso de la violencia.

Por ello, es mayor el desasosiego al escuchar el llamado irresponsable de Gustavo Petro a sus huestes fieles, pidiéndoles que “a partir de las 4 de la tarde del día domingo 27 de mayo queda convocado todo el pueblo de la Colombia Humana, a todas las plazas públicas, porque no vamos a permitir un fraude electoral”. 

Es un llamado a incendiar el país. Es la reedición de “hacer invivible la República”, pero con capacidad de hacerlo efectivo si Petro no queda incluido en la primera vuelta, así sea por decisión popular. 

En un libro de reciente aparición, titulado “Historia de Colombia y sus oligarquías”, de Antonio Caballero, trae una cita pertinente del discurso de posesión de Alfonso López Pumarejo, en 1934: “El deber del hombre de Estado es efectuar por medios pacíficos y constitucionales todo lo que haría una revolución por medios violentos”. Es verdad.

Respecto a Iván Duque es bueno aclarar que cuando dice que hará “ajustes” a los Acuerdos de La Habana no significa “hacerlos trizas” -empezando porque algunos miembros de las Farc y la misma Jurisdicción Especial de Paz -JEP- ya los hicieron trizas, lo cual desvirtúa la acusación-, sino que impedirá los excesos que estamos viendo en la reglamentación del funcionamiento de la Jurisdicción Especial de Paz -JEP-. Prueba al canto: en caso de colisión de competencias entre la Corte Constitucional y la JEP, será ésta la que prevalece. ¿Es ello correcto, amable lector?  

Lunes, 21 de Mayo de 2018
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