Como era de esperarse, después de varios meses de la aparición del “virus chino”, coronavirus o la COVID-19, como quiera llamársele, empiezan aparecer en las vitrinas de las librerías los libros que tratan de explicar la aparición, desarrollo, cuidados, etc., de la enfermedad epidémica que se extendió al mundo entero y atacó masivamente a casi todos los individuos de países, comunidades o regiones enteras. 
 
El exministro Juan Camilo Restrepo Salazar acaba de publicar en la editorial de la Universidad del Rosario un libro electrónico con 20 ensayos, titulado “Economía política de la pandemia”, y la escritora y periodista sevillana, de España, Cristina Martín Jiménez, ha publicado “La verdad de la pandemia. Quién ha sido y por qué”.  
 
Pero me ha llamado poderosamente la atención un libro modesto, criollito, de circulación restringida y sin ínfulas de tratado, titulado “Remembranza de una pandemia. Sucedió en Santa Marta”, cuyo autor es el doctor José Luis Morales Reyes, abogado egresado de la Universidad Libre, seccional Atlántico, donde relata sin afanes literarios el drama familiar de contagiados con la COVID-19, sucedido en su ciudad a mediados de marzo y que los medios de comunicación, nacionales y los de su región, difundieron con sensacionalismo y amarillismo.  
 
El autor relata todo el calvario que padecieron él y sus familiares cuando su padre, de 86 años de edad, tuvo una molestia de salud, fue llevado a la clínica y los exámenes confirmaron que era el primer contagiado de la COVID-19 en la ciudad. Al ser su padre el enfermo, y como era de esperarse, sus familiares se volcaron inicialmente a atenderlo, lo que luego de confirmarse la causa de sus achaques de salud por parte de los médicos, provocó que sus familiares tuvieran que hacerse los exámenes correspondientes. El mismo día de la inhumación de su padre el autor recibe la noticia que su sospecha se confirmaba: ahora era el positivo era él. Esto provocó el repudio hacia él y su familia en el conjunto residencial. No hubo solidaridad sino aislamiento, estigmatización y discriminación. Porque a lo anterior hay que agregarle que cuando llega al parqueadero del edificio el vehículo de la Secretaría de Salud para realizar exámenes, con personajes vestidos con trajes que parecen espaciales, el terror se apodera del vecindario y empieza la agresión al causante. Es la histeria colectiva en los inicios de la pandemia.
 
José Luis nos presenta un testimonio desgarrador, de primera mano y ya completamente restaurado en su salud, con el que pretende dar a conocer cómo se vive una tormenta desde las entrañas del contagio de este virus, y las consecuencias nefastas que se agregan en dolor, confusión y stress para la familia del enfermo.