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Safety
El cambio climático y su principal manifestación el calentamiento global está asociado con aumento de las enfermedades infecciosas producidas por vectores.
Viernes, 4 de Octubre de 2019

La seguridad ante eventos imprevistos producidos por mano humana o fuerzas de la naturaleza, en inglés se conoce como safety, para diferenciarla de la seguridad dolosa o con intención de dañar que se agrupa bajo el nombre de security. La National Agency of Security (NAS) es un ente de security, mientras la Federal Emergency Management Agency (FEMA) pertenece al grupo de entidades involucradas en safety. En español no hay una distinción de este tipo en todos los casos se habla de seguridad.

El riesgo se mide como la vulnerabilidad (nivel de daño económico, en riesgo de vidas, en afectación económica sobre el entorno) de una amenaza potencial sobre infraestructuras naturales o hechas por el hombre; la resiliencia, grosso modo es la capacidad de esas infraestructuras de rápidamente recuperarse de ese riesgo. Es bueno aclarar que una amenaza puede activar otras, por ejemplo, un sismo puede producir remociones en masa, e igualmente que el daño en una infraestructura puede por efecto colateral dañar otras estructuras. Este es el caso de la caída de postes de energía sobre puentes. El análisis de resiliencia busca la mejor relación beneficio/costo total de las medidas de control de vulnerabilidad y resiliencia de las diversas estructuras y sus efectos en cadena.

El primer elemento de los análisis de riesgo es la disponibilidad de información suficiente y actualizada de las posibles amenazas, así como del estado de las infraestructuras, y su monitoreo continuo, pues esta no es una actividad estática sino dinámica. El análisis de riesgos debe ser permanente, y ojalá llevarse en tiempo real.

Podemos separar los riesgos de safety en riesgos por fenómenos naturales, los riesgos generados por el cambio climático, que exacerban algunos riesgos naturales, los riesgos de incendio urbano y rural, los riesgos por manipulación imprudente de productos o equipos, y el que podríamos llamar riesgo país. Los riesgos naturales son los riesgos sísmicos, de remoción en masa, de inundación, de viento (huracanes, tornados, tormentas) y el riesgo vulcanológico. Cada uno requiere estudios particulares para medir su nivel de amenaza y puntos de afectación, y con base en ellos se realizan los análisis de vulnerabilidad. Como ejercicio tomemos el riesgo sísmico. El estudio de microzonificación sísmica permite estimar la probabilidad de daño en los diferentes sectores de la ciudad, por la reacción dinámica de los diferentes tipos de suelos. Con esta información, obviamente, lo que se busca es que en las zonas de mayor riesgo no se ubiquen viviendas o infraestructuras importantes. En caso que eso no sea posible, entonces las estructuras allí evacuadas deben reforzarse para soportar el evento más alto posible. Igualmente, se evalúan las posibilidades de efectos en cadena y las medidas de resiliencia económicamente factibles. Esto se hace para todos los tipos de riesgos y se debe implantar geográficamente sobre el territorio.

El cambio climático y su principal manifestación el calentamiento global está asociado con aumento de las enfermedades infecciosas producidas por vectores, y las enfermedades de piel por aumento de la radiación solar, es un riesgo creciente y grave. También influye en los riesgos de sequía. La vulnerabilidad está asociada a prevenir los riesgos epidémicos y evitar islas de calor urbanas, lo que implica monitorear permanentemente el microclima local. En cuanto a los efectos de sequía, la vulnerabilidad se controla con el control a la expansión urbana y la recuperación de zonas de bosque. Los riesgos de manipulación imprudente son más del resorte empresarial, mientras el riesgo país son los efectos dañinos locales que decisiones centrales implican sobre la economía, la baja productividad, y por ende, el riesgo social cuya relación con la morbilidad es clara. Es un riesgo que sólo se evita ganando “autonomía” especial.

Todo esto ratifica la necesidad de contar con un ente y una estructura de planificación metropolitana centralizada en la planificación del territorio. Se hace tarde para pasar de la planeación por proyecticos, a la planificación integral.

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