La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

Salvar el hospital

El hoy hospital Erasmo Meoz no puede vivir de crisis en crisis.

Sobre las avenidas primera y segunda con calle doce y trece de la actual nomenclatura de San José de Cúcuta, se construyó el hospital San Juan de Dios con los bienes generosos del ciudadano español Juan Antonio Fernández de Novoa. Con las obvias reformas que se necesitan con el paso de los años sirvió con esmero, eficacia y honradez, a la ciudadanía sin distingos de ninguna naturaleza. A no ser el veto que se pretendió imponer al centro antivenéreo allí puesto al servicio de las mujeres que ejercían la prostitución alegándose que por ser pecadoras no tenían ese derecho.  

Afortunadamente los tiempos han ido cambiando. Hoy esas ultrajantes exigencias son cosas del pasado. El doctor Juan Agustín Ramírez Calderón en su libro sobre el hospital relata lo hecho por su grandeza y el doctor Mario Mejía en escrito para un evento médico de estos tiempos escribió una amena crónica, sobre lo que fueron los inicios de la cirugía en el hospital.

El recorrido citadino de una institución que a pesar de su pobreza logró hacer de la beneficencia su objetivo fundamental. Es mucho lo que se ha escrito sobre la institución,  volver sobre ellos  debe ser obligación de esta generación y las que vienen para asegurar su existencia. El hoy hospital Erasmo Meoz, bautizado así en honor de otro ilustre médico, no puede vivir de crisis en crisis, de estar mendigando con autoridades regionales, nacionales, para vivir.  A la salud estadual se le está dando un tratamiento de tercera.  Esto no puede ser. Con gente honrada manejándolo, con los aportes legales a tiempo, con un personal médico a la altura de sus deberes, y con una ciudadanía vigilante, es suficiente para su permanencia en la historia de la medicina regional.

El edificio en el que ejerce su misión situado sobre la avenida Guaimaral, en ladrillo a la vista, debe ser objeto de la atención que merece por parte de las autoridades nacionales, regionales, y locales.  No tiene presentación que las EPS a las que presta sus servicios no satisfagan con prontitud sus deudas.

Lo que indudablemente es insólito y que las mismas autoridades de la región, incluyendo la misma Asamblea Departamental se vengan  con leguleyadas para tratar de quitarle unas entradas que facilitan su labor, como si esto fuera poco no se sabe el nombre del genio que inventó el cuento que el hospital debe pagar un impuesto predial con argumentos rígidos que no se pueden comparar con la vocación humana y de función social que cumple el hospital Erasmo Meoz. En vez de estar inventándose teorías antijurídicas procedan a nutrir al hospital de lo necesario para la atencion de la comunidad.

Lo demás deja mucho que desear. Mueve a suspicacias que deben evitar los buenos gobernantes. 

Capítulo aparte merece su nueva tragedia. Como si no fuera suficiente  la pobreza de San José de Cúcuta decidieron las que se llaman “las autoridades centrales”,  que Cúcuta debía hacerse cargo de los Venezolanos.  Muy acomodados dan la orden pero no envían el dinero para éste menester.  El hospital ha sido una de las víctimas. Allí llegan los que se vinieron de Venezuela a exigir con altanería se les presten los servicios.  Lo que naturalmente debe hacerse pero solicitándolo con humildad. No volverlo una obligación que linda con la patanería.  El hospital cumple su labor de beneficencia pero el paciente debe pedir con decencia.  Es la mejor manera en la que relación médico paciente se cumple. 

Entonces dejen funcionar al hospital con la buena dirección de su director doctor Juan Agustín Ramírez Montoya. Dótenlo de lo necesario y así todo marchara. Lo demás es ganas de perjudicar a la ciudad. 

 

Viernes, 17 de Agosto de 2018
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día