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Tapabocas y taparrabos
Todos ellos y otros y otras usan tapabocas, sobre todo en tiempos de epidemias, como la actual, en que se desató el virus del H1N1.
Miércoles, 18 de Abril de 2018

La gente culta o que se las da de culta; los civilizados o que se dicen ser civilizados; los que no quieren morir ni enfermarse; los que saben que es mejor prevenir que hospitalizarse; los que le hacen caso al médico (aunque los médicos también se mueren); todos ellos y otros y otras usan tapabocas, sobre todo en tiempos de epidemias, como la actual, en que se desató el virus del H1N1.

El taparrabos, en cambio, lo usan los indios, los incultos, los incivilizados, y no lo hacen por no enfermarse o miedo a morir. Lo hacen por necesidad, porque es mejor no mostrar el rabo  ( los violadores abundan y aconsejan  no dar papaya), porque no tienen más que ponerse, o también porque es más cómodo andar sin calzones y por el fresquito que entra, sobre todo en épocas de calor. Pero eso es cuestión de indios y de gustos.

Adán y Eva, después de que metieron las de caminar, tuvieron que taparse sus partes vergonzantes con ramas de higuera. Eso fue al comienzo porque después usaron pieles de cabrito, de tigre y hasta de camaleón. Jesús habló de gentes que se visten con piel de oveja pero por dentro son lobos rapaces. Lo que quiere decir que en esa época todavía no había la ropa que hoy usamos. Pero  hoy  sí que abundan los lobos con piel de oveja

Los tapabocas sirven también para disfrazarse. Cuando alguien quiere no solamente que no lo contaminen sino que no lo conozcan, usa tapabocas, de los grandes, que cubren toda la cara, igualito a los asaltadores de caminos  o los guerrilleros que se avergüenzan de lo que están haciendo y usan un tapabocas especial, una pañoleta que les cubre toda la cara. Se avergüenzan, pero siguen en las mismas.

Los taparrabos no disfrazan ni sirven para que nadie los conozca, por la sencilla pero valiosa razón de que rabos ajenos no todo el mundo los conoce. 

Los tapabocas sirven para no contaminar ni contaminarse. El problema consiste en que con tapabocas no se pueden dar piquitos ni besos apasionados. Es un problema, pero también puede ser una ventaja, pues dicen los expertos en besología que el beso es uno de los medios más efectivos para propagar virus y enfermedades.

Aunque viéndolo bien, eso de no poder besar con tapabocas también tiene sus ventajas. Según médicos y tratadistas, por cada beso apasionado se pierden tres minutos de vida, de manera que en una hora de beso se pierden veinte minutos de vida. Haga cuentas.

Otra ventaja del tapabocas: Cuando por cualquier motivo no quiera que alguien se le arrime, la mujer o la suegra, por ejemplo, basta conseguir tapabocas y decir “que nadie se me arrime, porque cogí el H1N1”. La mujer entenderá y le agradecerá lo precavido que es usted.

Así, pues, es hora de conseguir tapabocas. Primero, porque Cúcuta se nos llenó del tal virus, aunque el gobierno no lo quiera reconocer.  Segundo, para estar  a la moda. Y tercero, para alejar indeseables. En cuanto al taparrabos, usted verá si quiere usarlo, pero en caso de que llueva, se le puede mojar la ramita de higuera.

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