Estamos viviendo tiempos difíciles en todos los aspectos al interior de nuestras familias, trabajo, amigos y sociedad en general.

Les confieso que mis ojos se abrieron al leer en el periódico la opinión de fecha 2 de octubre de 2020. El título: “Buscan empoderar a los jóvenes nuevas formas para hacer activismo” a la luz de los ojos se ve normal, pero, adentrando en el contenido de fondo es ni más ni menos como dice en su blog buscan jóvenes de Medellín, Bogotá, Cúcuta, y  además de Venezuela  donde se les enseñaran el derecho a no obedecer donde textualmente dice ““nos interesan muchas personas que estén ya dentro de procesos juveniles y sociales, porque son ellos quienes van a ser los formadores luego desde sus organizaciones o colectivos”, enfatizó la coordinadora local de El Derecho a No Obedecer.

¿Fuerte cierto? pensar que a nuestros jóvenes les estén adoctrinando e incitando a la desobediencia justificándolo como un derecho e ir en contra de las leyes del estado. Su rebeldía a la autoridad basada en su mera opinión. El joven dice que las instituciones gubernamentales son corruptas y por ello se rebela.

A estos jóvenes no les están enseñando a pensar ni a ser buenos ciudadanos sino los están convirtiendo en jóvenes amargados y sin esperanza para luego convertirlos en poner quejas con mentalidad de víctimas. El objetivo de esta la que se hace llamar sutilmente -Escuelita para vivir a la enemiga- no es más que el adoctrinamiento de la juventud a la rebeldía, a desobedecer las leyes y todo lo que vaya en contra de sus pensamientos. A tal punto de exponer que no les importa ir presos o sufrir cualquier castigo que en ultimas seria morir. ¡Esta una propuesta letal para los jóvenes, cuidado con la Escuelita a la Enemiga!

Jóvenes las instituciones se deben respetar para cambiar un país empecemos cambiando nosotros al dar buen ejemplo de vida y de conducta social.

Alerta, pues nuestra juventud es blanco de estas plataformas negativas y destructivas que sin saber pueden entrar en nuestras casas y destruir el futuro y la vida de nuestros jóvenes.

El llamado de alerta es inminente pueden estar en peligro. No, son tiempos fáciles para la juventud que tiene tantas energías y quieren usarlas en algo significativo. Es nuestro deber enseñándoles el valor del trabajo duro, lo bueno de ser positivo frente a la dificultad, de no perder las esperanzas y de no desmayar en hacer el bien pues a su tiempo van a cosechar buenos frutos.