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Tres carabelas, un despistado y muchas indias
A Cristóbal Colón lo conocí en el libro tercero de la Alegría de leer.
Miércoles, 10 de Octubre de 2018

Cristóbal Colón era un despistado. Lo que llaman un lunático. Un caído del zarzo. Cogió para el sur y era para el norte. Necesitaba un patrocinador capitalista para su empresa, y buscó a un cura. Necesitaba plata y le dieron anillos de oro golfi, del que nada vale. Pidió barcos de envergadura y le dieron carabelas, y él tranquilo. Solicitó marinos y le dieron presos, y él como si tal.

Pero dicen que a los bobos se les aparece la Virgen. Con el cuento de que la tierra es redonda como una naranja, se fue por un lado para resultar en otro. Y se autonombró Almirante, sin haber pisado ni una canoa de la Marina. En Italia, su patria, no le creyeron el cuento de la redondez de la tierra, y le tocó irse con su carreta a otras partes. Así llegó a España, donde sí le comieron cuento.

A Cristóbal Colón lo conocí en el libro tercero de la Alegría de leer, estando yo en la escuela. Recuerdo que decía textualmente: “Cristóbal Colón nació en Génova, ciudad de Italia. Su padre era un cardador de lana…”  Yo, que me las daba de sabihondo porque ya sabía leer de corrido, gracias a mi mamá, encontré allí un error, y con un color rojo taché donde decía “cardador” y escribí “cargador”, como debería ser.
 
Yoimaginaba a Domenico Colombo, el papá, llevando y trayendo bultos de lana, es decir,  un tipo que se ganaba la vida cargando lana, pero los editores habían escrito cardando lana. Así se lo hice saber a la maestra cuando le devolví el libro, que era de ella, aconsejándole de paso que al comprar libros se fijara que no tuvieran errores.

La profe me miró indignada, me tiró de las orejas, me arrodilló delante de todos y, de ñapa, me agarró a ferulazos. Y yo, sin saber el motivo.

-Un libro no se raya –me dijo- y menos si es ajeno. Pero usted ha debido preguntar qué significa cardar lana, no cargar. 

Caí en cuenta de mi error y acepté con inocencia de niño y con ardor en las manos, mi error. Desde entonces ese tal Cristóforo Colombo se convirtió en mi enemigo. Le cogí tirria. Y cada vez que puedo, hablo mal de él y lo hago quedar como un chocato en el círculo de mis amistades.
 
Sin embargo, el tipo tuvo sus cosas buenas. Hay que reconocerlo. Por ejemplo, eso de descubrir, en su camino, a un montón de indias, tiene su mérito. Las Indias orientales, las llamaron. Seguramente, de no ser por don Cristóbal, todavía estuvieran las indias cubiertas, es decir, sin descubrir. Desde entonces se topa uno en la calle algunas  mujeres bonitas pero que son muy indias.

Sus méritos, pues, tiene Colón. Por eso el 12 de octubre se honra su memoria, como descubridor de América. Lo que pasa es que también en esa fecha, se celebra el día de la raza, de modo que los negros y los rubios y los mestizos y los indios estaremos de fiesta mañana. En la casa del General Santander, mañana a las diez de la mañana, estaremos brindando por Colón y por las indias y por todas las razas de gente, de perros y de gatos.
 
Además, el 12 de octubre es la fiesta del árbol. Los árboles también tienen derecho. Cuando estábamos en la escuela, ese día sembrábamos árboles. Hoy los tumban. ¡Qué vaina!

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