La elección de César Eduardo Camargo Ramírez para el cargo de director de la Caja de Compensación Familiar de Norte Santander no debe interpretarse como el resultado de una lucha de intereses entre adversarios. Fue un acto sujeto a la competencia del Consejo Directivo de la entidad y lo hizo con acierto. 

Camargo es un profesional nortesantandereano de reconocida idoneidad. Abogado, docente y escritor tiene los títulos suficientes que lo hacen merecedor de sus nuevas responsabilidades. Durante más de 25 años se ha desempeñado en funciones públicas, en diferentes entidades oficiales, con ponderación y sin caer en las tentaciones propias de la banalidad, esa propensión de algunos a ejercer el poder de un modo desatinado.

Formado en el rigor del conocimiento, Camargo tiene el hábito del estudio. Lee, investiga, consulta, piensa. Su vinculación a la docencia también lo ha hecho riguroso en su desempeño académico. Y esa condición de intelectual activo lo ha puesto en la vertiente de la cultura como gestor o promotor de acciones creadoras. Por eso es protagonista visible en el escenario de las letras o de la literatura en su región. Su libro “Memoria de un olvido” sobre Eduardo Cote Lamus es una obra reveladora de la capacidad con que el autor recrea episodios fundamentales en la vida de ese gran poeta colombiano. Describe hechos con pinceladas de ficción, como aplicación de la imaginación a ese realismo existencial.

En su carrera de servidor público, Camargo no ha estado ajeno a la política. Ha desempeñado cargos que son de esencia pública y que están en las corrientes partidistas. Pero no ha sido una ficha de la burocracia clientelista. Sus convicciones de liberal no han hecho de él un traficante de tareas que generen degradación. Su posición no es de servilismo sino de ideas apegadas a la posibilidad de soluciones a los problemas de la nación.

La positiva gestión de Camargo en los cargos que ha desempeñado fue lo que se tomó en cuenta para su elección a la dirección de Comfanorte, según lo explicó Wilson Gallardo, que es miembro del Consejo Directivo. Lo que le espera a Camargo es una nueva prueba de su capacidad en el manejo de entidades llamadas a atender en forma efectiva sus compromisos con la comunidad.

Comfanorte es una empresa con rol significativo en la región. Sus objetivos están definidos y lo que representa incide en el conjunto de la comunidad, por lo cual su manejo debe tener la garantía del acierto y a Camargo le corresponderá responder, por encima de diatribas inútiles y de versiones distorsionadas.

El patrimonio que es Comfanorte hay que llevarlo a los más altos niveles para satisfacción de sus usuarios y como parte del desarrollo regional. Y en esto no se puede perder la perspectiva. Hay una dinámica consolidada y ese es un activo que cuenta para las nuevas metas.

Puntada

La reunión de la Comisión de Paz del Senado en Ocaña debe llevarse a cabo como está previsto. Será ese un foro para volver a medir la gravedad de los problemas que siguen agitándose en el Catatumbo.

ciceronflorezm@gmail.com

cflorez@laopinion.com.co