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Una visión prospectiva de región
Mañana cuando elijamos presidente de la República, se abre una puerta para que como nortesantandereanos propongamos una visión prospectiva de región.
Viernes, 15 de Junio de 2018

La prospectiva sea cual sea, se constituye en una anticipación y es necesario que como nortesantadereanos definamos los escenarios de futuro para que nuestras decisiones hoy estén encaminadas a lograr el fin deseado. Lo anterior nos ubica en una disyuntiva que es necesario resolver; visionamos un escenario futuro  y nos preparamos para afrontarlo o afrontamos un presente para cambiar un escenario futuro. Aunque ambas son visiones prospectivas, tienen acciones y resultados diferentes.

Permítanme en consecuencia hacer mi planteamiento, no sin antes manifestar mi apreciación personal a manera de crítica constructiva, para no repetir errores del pasado, pues nunca nos preocupamos por el futuro. Los nortesantanderanos siempre estuvimos en una cómoda posición en la zona de frontera, con un vecino rico que nos compraba todo lo bueno o malo que trajéramos de otros lugares para comercializar.

Nos enriquecimos con la intermediación. Mientras la microeconomía regional era boyante por el costo de oportunidad de ser zona de frontera, otras regiones del país se dedicaban a la industrialización para mitigar el impacto de una severa crisis producto de una apertura económica para la cual no estábamos preparados, pero que tarde o temprano se tendría que dar.

Hoy la situación es diferente, el desempleo y la informalidad son grietas profundas que socavan nuestro modelo económico y sin darnos cuenta nos vamos acostumbrando a ellas, producto del adormecimiento propio del saber que de una u otra manera termina generándose circulante y sobreaguando la situación.

Estamos en un punto de inflexión para cambiar nuestra realidad regional. Por eso es necesario plantear el escenario de futuro deseado para encaminar las acciones hacia donde queremos llegar y lo primero que debemos definir es el modelo económico que queremos como región.

Estoy convencido que debemos apostarle a un modelo productivo de generación de ingreso, mediante la trasformación de materia prima como valor agregado, priorizando un sector con alto potencial productivo, como lo es el agropecuario.

Nuestro campo con la diversidad de capas térmicas y la riqueza de nuestro suelo, es hoy despensa alimentaria del oriente colombiano y del occidente venezolano, pero su mera comercialización no nos permite mantener el mejoramiento y sostenibilidad de los cultivos. Por ello debemos generar procesos agroindustriales, que garanticen la permanencia de los cultivos, dignifique la vida de los cultivadores y generen condiciones de sostenibilidad del desarrollo económico y social de la región. Debemos apostarle a modelos asociativos agroindustriales, los cuales a través de un socio inversionista que sirva de apalancador del proceso, garantice la compra a precios justos de la materia prima y que permita participación accionaria a los cultivadores en el proceso agroindustrial. 

Mañana cuando elijamos presidente de la República, se abre una puerta para que como nortesantandereanos propongamos una visión prospectiva de región.

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