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Veintiún años después
Por cierto estos señores del Eln son los mismos que dos décadas después dilapidaron la oportunidad de avanzar.
Martes, 7 de Agosto de 2018

Aquí estamos papá, a un año más de su ausencia que nunca terminamos de llorar. Como tantas veces le he repetido, la mañana de ese 8 de agosto jamás la olvidaremos y nunca terminaremos de comprender porqué estos señores del Eln desataron toda su furia violenta contra la inerme humanidad de una persona que dedicó su vida al servicio de la gente, primero en el ejercicio de su profesión de médico y luego como dirigente público que, además, siempre estuvo del lado de quienes propugnaron por la salida pacífica al conflicto armado que nos azotaba.

Por cierto estos señores del Eln son los mismos que dos décadas después dilapidaron la oportunidad de avanzar en un serio proceso de paz que los condujera a su desmovilización y desarme, tal como se logró con las Farc. Increíble que no entendieran que su lucha armada ya no tiene ninguna cabida en Colombia, que generan el rechazo unánime de la sociedad colombiana por encima de cualquier consideración social o política. Pareciera que vivieran en otro mundo y definitivamente los dejó el bus de la Paz.

Durante este año, papá, sucedió de todo en el campo de la política que tanto le gustaba. Una vez dejé el gobierno me dediqué a construir la candidatura presidencial y fue una jornada dura y difícil que dejó muchas lecciones. 

La primera etapa fue la decisión en torno a la jefatura del liberalismo y cometí la gran equivocación de confiar en la supuesta serenidad y neutralidad de Cesar Gaviria. Pude evitar su elección como jefe único, pero para evitar una temprana división liberal y siguiendo el consejo de varios amigos, entre ellos su carnal Horacio Serpa, facilité su elección, en la que fácilmente puede ser la peor equivocación que haya cometido en mi vida política.

Después del congreso liberal y acordada la consulta liberal para escoger candidato el 19 de noviembre, Gaviria se dedicó a perseguir a todos los amigos que me acompañaban y puso la dirección del partido al servicio de De la Calle de manera descarada. Juan Manuel Galán y yo propusimos que esa consulta fuera en marzo, pero De la Calle y Gaviria insistieron en la fecha de noviembre. Luego se demostraría hasta la saciedad que esta decisión fue un verdadero suicidio para el liberalismo por la baja participación ciudadana en la consulta y su costo económico que muchos advertimos desde antes.

Sin embargo, y a pesar de la lucha tan desigual, el resultado fue muy parejo, perdimos por poco más de 30.000 votos. Reconocí de inmediato el resultado y ofrecí el apoyo a De la Calle, pidiendo al tiempo que Gaviria le cediera al candidato triunfador la jefatura liberal. De la Calle no se atrevió a asumir y ese fue el principio del fin de sus opciones presidenciales, siendo un extraordinario candidato que representaba realmente los ideales liberales. En adelante de manera paradójica, la dirección liberal se convertiría en la principal enemiga de la candidatura de De la Calle.

La campaña liberal para Congreso y Presidencia fue un desastre y los resultados consecuencia lógica del mismo. El liberalismo perdió 10 curules en el Congreso y su candidato presidencial no logró el umbral. Pasó de ser un partido a una famiempresa electoral con decisiones caprichosas y autoritarias y se consolidó una total desconexión de la dirección con las bases. Con el desastre del partido se abrió camino el fortalecimiento de las opciones de derecha e izquierda y se debilitó el centro moderado que se hubiera podido construir con los verdes, Fajardo y el liberalismo.

Las elecciones parlamentarias del 11 de marzo, junto con las consultas que eligieron a Duque y Petro, sellaron definitivamente la suerte del liberalismo y con ella la de la convergencia del centro izquierda que significaba la no polarización para ColombiaFinamente, papá, llegamos a la primera vuelta presidencial y como se preveía desde marzo lograron su paso a segunda Duque y Petro, con lo que quedó además definida la segunda vuelta pues era previsible que la candidatura de Petro, que generaba grandes temores en amplios sectores de la sociedad, terminaría favoreciendo al uribismo, como en efecto sucedió.

Otro hubiera sido el resultado de segunda vuelta con Fajardo o el propio Vargas Lleras o De la Calle como contendores de Duque.Hoy, como cada cuatro años después de su muerte, coincide su aniversario con el inicio de un nuevo gobierno y es hora de balances y de perspectivas.

Comienza Ivan Duque su mandato en medio de una gran polarización política y dudas sobre su capacidad para manejar de manera independiente y autónoma el gobierno ante la enorme influencia del expresidente Uribe. Ojalá le vaya bien y dentro de cuatro años nos deje un país mejor al que hoy tenemos, de la misma forma como Santos nos deja una Colombia infinitamente mejor que la del 2010. Con menos muertes, menos pobres, más dignidad para las víctimas, La Paz en marcha, mejores vías y ahora respetados como nación en la comunidad internacional. Santos termina su gobierno cada vez con mayor reconocimiento a su tarea y me siento orgulloso de haber sido parte de esta historia de construcción de paz y reconocimiento de derechos.Ahora viene la etapa de las decisiones difíciles después de perder las eleciones. No es la primera vez ni será la última.

Así es la política y la democracia. Usted nos enseñó eso. Se gana y se pierde y siempre debemos seguir luchando. El primer paso será construir una opción independiente por fuera del liberalismo. Una opción que se salga de la política tradicional. De la disputa mecánica de puestos, que salga a la calle a defender La Paz y los derechos de las víctimas, una opción que sepa interpretar el deseo de los jóvenes de una política distinta y que vaya más allá del partido liberal.

Habrá tiempo para trabajar en ella.En fin querido papá, su figura sigue viva entre nosotros. Este año unos amigos han comenzado a preparar su historia. Otra amiga de infancia tiene la idea de producir un documental sobre la ley de víctimas que lideré en su honor. La tristeza por su temprana partida nunca me abandonó pero su presencia en mi alma es el combustible para emprender cada día un lucha nueva y enfrentar las dificultades.

Así será en esta oportunidad con más alegría y esperanza por ayudar a construir un mejor país, un país en paz total para sus nietos. Estoy muy animado por el éxito de Daniela en sus estudios y el futuro de Juan Nicolas. Esa bebé que usted ponía en su inmensa barriga hoy es una actriz y con mi Mamá y Maria Cristina fuimos a acompañarla en su obra de cierre de estudios. Y ese niño que lamentablemente no conoció, se prepara para tomar decisiones sobre su futuro profesional con gran madurez.Ud papá nos dejó como una familia unida y así seguimos después de 21 años.

Queriéndolo, recordándolo, extrañándolo, pero sobre todo, conscientes de ese enorme legado de servicio y compromiso social que nos inculcó y que seguimos defendiendo. Usted bien sabe, allá en en el cielo donde se encuentra , que nunca lo olvidaremos.PD. el fiscal general, su amigo Néstor Humberto Martínez, se ha interesado nuevamente por su caso y ha retomado con prioridad la investigación. Ojalá por esa vía o porque el ELN se decida a decir la verdad y pedir perdón, podamos conocer algún día la verdad sobre ese salvaje crimen que marcó para siempre nuestras vidas hace 21 años. Hoy aún no la sabemos.

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