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Ángel Jahir o el derecho a la salud
No se ha muerto porque es obstinado y quiere ver cómo evoluciona su historia: más de 15 tutelas.
Jueves, 12 de Noviembre de 2015

Ángel Jahir Carrillo Acevedo es un joven Consultor Jurídico de 45 años de edad, que en su tiempo fue arquero de la selección Norte de Microfútbol (con medalla de bronce en los juegos nacionales de la costa), y conciliador de la República.

Además, tiene un diplomado en la Escuela de Administración Pública (ESAP) en conciliación para la paz y gestión de la inversión pública. Maneja su propia firma: Consiliarios de Seguros Holding Company S.A.S. Tiene una bella esposa, cuatro perros y una casa esquinera.

Hace seis años Ángel Jahir sufrió un accidente de tránsito a la altura de Pinar del Río y el hombro derecho se le fracturó en cuatro partes. Ahí comenzó su infierno. El infierno no es, como algunos creen, un caldero de fuego ardiendo por toda la eternidad. Es algo peor: una EPS.

En la clínica, y luego de pasar por todos los trámites kafkianos para que atiendan a un paciente (demostrar con documento en mano que está a punto de morir, por ejemplo) Ángel Jahir padeció más que en el accidente.

Salió del quirófano con una prótesis total de húmero derecho luxada o  mal instalada, razón por lo cual ha tenido, hasta la fecha, cuatro operaciones; la última fue en Bucaramanga, donde le informaron que lo que le hicieron en Cúcuta fue mecánica automotriz y no una intervención ortopédica.

Estuvo a punto de que le amputaran el brazo. Sin embargo, tiene una invalidez del 47 por ciento de su cuerpo. Hoy la Nueva EPS no lo quiere atender y le niega los medicamentos. Lo borraron del sistema y le trasladaron arbitrariamente la IPS a la ciudad de Bucaramanga para no atenderlo en su Cúcuta.

Periódicamente tiene que viajar a esa ciudad por vía aérea (por su estado de salud es imposible  hacerlo por tierra) en condiciones lamentables: collar ortopédico, parálisis parcial del cuerpo, en fin.

Seis años incapacitado lo alejaron de sus oficios como consultor jurídico: perdió la oficina, no tiene empleo, la EPS no le cubre sus viajes en los que invierte más de 400 mil pesos en taxis durante la estadía en Bucaramanga a pesar de tener sendas Sentencias de Tutela a su favor.

No se ha muerto porque es obstinado y quiere ver cómo evoluciona su historia: más de 15 tutelas que se ejecutan lentamente y que en algunos casos la Nueva EPS pasa por alto. El Juzgado Tercero Laboral del Circuito de Cúcuta (el mismo que está siendo investigado por más de 900 pensiones fraudulentas de Ecopetrol) no presiona el cumplimiento de la sentencia de tutela contra Colpensiones.

No es el único, claro. Como Ángel Jahir Carrillo Acevedo hay cientos de colombianos que padecen el servicio de salud. Largas esperas (de muchos meses) para acceder a una cita con especialistas para que después entreguen incompletos los medicamentos. El servicio de salud en Colombia es una mierda,  un negocio de mafias. Son más los muertos o discapacitados por la negligencia de las EPS, que los caídos en el conflicto armado. Del deportista vigoroso que fue Ángel Jahir Carrillo Acevedo, ahora queda un hombre reducido, nervioso, enfermo de diversas patologías crónicas progresivas, que adquirió el vicio del cigarrillo para calmar la ansiedad y que libra una batalla, jurídica, legal, humana, para que le respeten algo tan fundamentalmente básico como es el derecho a la salud.

 

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